Cinco funcionarios de la Corporación de Asistencia Judicial (CAJ) Bío Bío fueron reintegrados al organismo, luego que fueran despedidos en enero pasado. De acuerdo a los afectados, la decisión se tomó de manera arbitraria y con objetivos políticos. Desde la repartición argumentaron que se debió a un proceso de modernización y reestructuración.

Los funcionarios de la Corporación de Asistencia Judicial (CAJ) Bío Bío pusieron alto a un paro de ocho meses, luego que el Consejo Directivo decidiera reintegrar a 5 de los 10 trabajadores despedidos en enero pasado.

De acuerdo a los movilizados, esta medida fue tomada de manera arbitraria y se debió a objetivos políticos, comprometiendo la gestión del servicio.

Mauricio Vergara, director jurídico de la CAJ Bío Bío, indicó que su desvinculación y la de 9 compañeros más “fue discriminatoria y, por tanto, siempre consideramos que nuestra causa era justa”.

“Afortunadamente, pudimos revertir la situación en un juicio que iniciamos, y en estos momentos estamos retornando”, agregó.

Por su parte, el presidente de la Federación Nacional de Acceso a la Justicia, Marcelo Inostroza, reconoció la gestión de la seremi de Justicia de la región del Bío Bío, Claudia Soto.

“Queda trabajar con ánimo renovado para levantar la corporación. No sólo por sus trabajadores desde Ñiquén hasta Aysén, sino por cada una de las personas que espera justicia en estas regiones”, sostuvo.

En tanto, Julio Díaz de Arcaya, director general (s) de la Corporación de Asistencia Judicial Biobío, precisó que los trabajadores regresaron este lunes a sus funciones.

Según explicó, este proceso se enmarca en “la modernización institucional, que es una tarea que hoy día mantenemos. Es el compromiso que esta institución tiene”.

Cabe recordar que en enero se despidió a 10 funcionarios y la Corte Suprema confirmó la sentencia dictada por la Corte de Concepción en julio.

De acuerdo al tribunal, los despidos obedecieron a un proceso de modernización y reestructuración del órgano, por lo que no existió discriminación por diferencias políticas, como acusaron los recurrentes.