Con profunda resignación, pequeños comerciantes enfrentan una nueva cuarentena en el Gran Concepción, una medida que -aseguran- ha demostrado no ser efectiva, perjudicando al comercio no esencial al punto de que decenas de negocios han debido cerrar definitivamente.

Son los pequeños y medianos los que más sufren, los que no cuentan con una espalda financiera para sostenerse en medio de la incertidumbre, con una prolongada cuarentena de fin de semana y por tercera oportunidad desde que comenzó la pandemia, en confinamiento total como comunas agrupadas en el Gran Concepción.

Lucía Godoy, locataria de una joyería en la Galería Alessandri, dice no comprender cómo se toman estas decisiones, pues es evidente que la cuarentena no se respeta y ellos, el comercio no esencial, están obligados a cerrar.

Los locatarios de este centro comercial aprovechaban las últimas horas de este viernes, a poco de concretarse el retroceso a Fase 1, con una multitudinaria concurrencia de personas al centro de Concepción.

Juan Carlos Molina, locatario del lugar, cree que esta vez será durísimo, porque ya han soportado dos cuarentenas, con el impacto que ha tenido en sus negocios, y además porque ahora estaban repuntado.

La galería Alessandri, así como todo el centro de Concepción, tuvo un movimiento inusual este viernes, personas haciendo trámites antes del confinamiento, y de compras aprovechando de hacerlo en negocios no esenciales. Todos con su propia opinión sobre una nueva cuarentena.

De esta manera, con mucha resignación y profunda desazón, el comercio penquista recibe esta cuarentena que debería prolongarse por cuatro semanas y al término de la cual, en los últimos siete meses la zona habrá completado tres meses y medio en Fase 1.