Hasta Talcahuano se desplazó el derrame de pintura del 10 de septiembre en avenida Alonso de Ribera, en Concepción, lo que llevó a particulares a pedir la intervención de la Corte de Apelaciones.

La extensión del daño medioambiental se estima en más de 7 kilómetros, que van desde el humedal Tucapel hasta el ecosistema Rocuant-Andalién.

Fue hace unos días cuando miembros de la agrupación Red Talcahuano que caminaban por el sector del humedal Rocuant-Andalién se percataron del color naranjo del ecosistema, mancha que se extendió a canales aledaños a la Villa San Marcos.

Sin embargo, la extensión del daño no fue confirmada hasta que los ambientalistas utilizaron un dron para evidenciarlo, según explicó Marlon Ramos, miembro de la agrupación.

“La pintura se escurrió por los canales del humedal y fluyó hacia canales que no tienen salida, y es allí donde se encuentra estancada”, explicó.

Ante la magnitud de la emergencia, que se creía que había sido contenida, es que Marlon Ramos decidió presentar un recurso de protección en la Corte de Apelaciones de Concepción, pidiendo la intervención para decretar medidas concretas y así paliar el daño no sólo a los humedales, sino también a la flora y fauna del sector.

“Podríamos solicitarle a las autoridades que tomen cartas en el asunto y que vean cuál sería el mecanismo más factible para poder sacar la pintura de forma integral”, sostuvo.

Ahora la acción legal será analizada por la Primera Sala de la Corte en cuanto a su admisibilidad. En caso de recibir luz verde deberán ser los organismos denunciados quienes informen de las medidas adoptadas ante la emergencia y que al parecer no han contenido el derrame de la pintura que transportaba un camión de la empresa Sitrans.

Dichos organismos corresponden a las municipalidades de Concepción y Talcahuano, el Ministerio de Medio Ambiente y la Superintendencia del ramo, además del Servicio Agrícola y Ganadero, y el Ministerio de Obras Públicas.

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