En promedio, la PDI de Concepción y Arauco recibe 40 denuncias por abusos sexuales cada mes, más de una por día. Pero… ¿Cuál es el perfil de los denunciados?

El pasado viernes se conoció el caso de un pastor evangélico de Palomares en Concepción, quien está acusado de violar y abusar de forma reiterada de dos menores. El ministro cumplía con una regla que se repite en prácticamente todos los casos: era cercano a los afectados y sobre él no recaía la menor sospecha.

Así son los abusadores, de conducta generalmente afable y que siempre buscan quedar cerca de los niños o adolescentes, quienes muchas veces no saben cómo reaccionar ante la vulneración que sufren, ni tampoco sus padres, comentó el jefe de la Brigada Investigadora de Delitos Sexuales de la PDI penquista, subprefecto Javier Muñoz.

“Tenemos que pensar que acompañado al delito sexual como tal viene también la repercusión emocional”, informó.

Se estima que apenas uno de cada cinco casos son denunciados, ya sea por alguna dependencia económica de la víctima, temor o simplemente costumbre, ya que a veces las madres han sido también sometidas a ultrajes.

Por ello, el detective llamó a confiar en lo que los niños relatan. “Solamente le pedimos que lo escuche, que le crea y que lo denuncie”, agregó.

“Eso le permite a la Policía de Investigaciones actuar de manera inmediata y poder recuperar las huellas o indicios, relatos, testimonios (…) en el tiempo más rápido posible”, acotó.

Tal como se señaló, la PDI que abarca las provincias de Concepción y Arauco recibe cerca de 40 denuncias al mes, más de una por día.

En 2018 hubo cerca de 490 denuncias y este año está bordeando las 300. La mayoría se trata de casos que afectan a niños entre los 8 y 14 años de edad.

“La proyección nos hace pensar que es probable que mantengamos la misma cantidad de denuncias del año pasado o la superemos”, aseguró.

Lamentablemente, algunos de los abusadores suelen salirse con la suya, al silenciar a las víctimas o al huir. Pueden cambiar de domicilio y, a veces, hasta de identidad, para no estar ubicables en caso que los afectados decidan denunciar.