Trabajadores de Bocamina I se manifestaron preocupados por el impacto social que generará el cierre de la termoeléctrica en Coronel.
Debido a lo anterior, piden capacitaciones e incentivos económicos para quienes sean desvinculados.
En conversaciones con la empresa se encuentran los integrantes del sindicato de Enel, esto tras el anuncio del proceso de descarbonización de la matriz energética, que incluye el cierre de Bocamina 1 antes del 31 de diciembre de 2023.
Si bien el director del Sindicato Regional, René Ceballos, valoró el anuncio por el impacto medioambiental, manifestó su preocupación por la pérdida de los puestos de trabajo, considerando que en dicha unidad son 98 los empleados, además de los contratistas respectivos.
“Nos deja, de alguna manera, un poco tranquilos dado que la empresa ha dicho que no van a haber desvinculaciones de los trabajadores, pero de igual manera nosotros lo vemos con preocupación, dado que la reconversión y la movilidad interna no es mucha adentro de la empresa”, reflexionó el dirigente.
Por su parte, la empresa anunció un plan de reubicación de los trabajadores, el que se llevará a cabo en los próximos años.
En ese sentido, desde el sindicato plantean la realización de capacitaciones e incentivos económicos para quienes sean desvinculados.
Además, Ceballos agregó que se reunirán con las empresas contratistas, ya que buscan que el cierre de Bocamina 1 cause el menor impacto en los trabajadores.
La termoeléctrica en cuestión cerrará antes del 31 de diciembre de 2023, pero la otra planta, Bocamina II, se detendrá antes del 2040; medidas que fueron calificadas como insuficientes por el senador Alejandro Navarro.
A causa de esto, el parlamentario añadió que la credibilidad de la COP25 en Chile se destruye si el país anfitrión no logra cumplir los compromisos de la cumbre sobre el cambio climático.
