Un nuevo caso de atrofia muscular espinal está siendo denunciado en Concepción, pero ahora no contra algún hospital o Servicio de Salud sino contra la isapre Nueva Masvida que está retardando la respuesta a la solicitud de tratamiento para un recién nacido.

Fue el viernes, inmediatamente después que los médicos de la Clínica Universitaria entregaran el diagnóstico, que Rodrigo Díaz y María José Caro, padre de Borja, acudieron a su aseguradora de salud.

El objetivo era activar el seguro para enfermedades catastróficas y así permitir que su hijo -de poco más de un mes de vida- comenzara el tratamiento para la atrofia muscular espinal, un raro mal que avanza rápidamente, atacando el sistema neuromuscular.

Sin embargo, la respuesta de Nueva Masvida fue que requerían más antecedentes y más documentación, ante lo cual la madre de Borja decidió hacer público el caso de su guagua.

“Nosotros esperamos que la isapre tome conciencia de que la vida de un niño está en riesgo y tome toda la premura en los procesos para que nuestro hijo tenga el tratamiento lo antes posible, gracias a la difusión de esta mañana nos llamaron de gerencia en Santiago dando las disculpas del caso y diciendo que nos iban a apoyar”, manifestó.

Efectivamente, ante las consultas de Radio Bío Bío, es que la isapre informó que lo que se requería era la confirmación del diagnóstico, pero que ya se habían contactado con los afiliados para pedirle que se acercaran a firmar la solicitud de activación del seguro.

Sin embargo, lo que demandan los padres del lactante es que se comience a suministrar a la brevedad el medicamento Spinraza, único en el mundo para la atrofia muscular espinal y de allí que María José Caro no descartó acudir a la justicia si no se agiliza el trámite.

“La idea nuestra no es llegar a instancias legales porque creemos que sería una demora, pero nunca se puede descartar hasta que llegue el medicamento y sea suministrado a nuestro hijo”, expresó.

Y es que cada día que pase sin el tratamiento es un día de avance de la rara enfermedad, sobre todo cuando se trata de recién nacidos, que podrían tener una sobrevida sin secuelas si comienzan el tratamiento, a un costo de 500 millones de pesos al año.

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