En 11 días más se cumplirá un año de la explosión en un sector del Sanatorio Alemán, a raíz de una fuga de gas, fecha que llegará sin que el Ministerio Público haya entregado a las víctimas una respuesta concreta o al menos que pueda dar luces sobre las responsabilidades en la tragedia.

Por eso es que la viuda de unos de los muertos, Ninette Menéndez, así como las madres de pacientes que resultaron lesionados, se reunieron con el abogado Rafael Poblete, quien destacó una lentitud de la Fiscalía en la pesquisa. No obstante, agregó que los antecedentes recopilados en estos 12 meses dan cuenta de los posibles responsables, más allá del prevencionista de riesgos Patricio Canales.

“Nosotros creemos que las responsabilidades estuvieron claras desde un primer día, el prevencionista de riesgos que por cierto que tiene una responsabilidad, no es ni por mucho el principal responsable”, sostuvo el abogado.

“Nos parece que sin perjuicio de la responsabilidad del señor Canales, la responsabilidad recae directamente en el director de la clínica“, agregó.

Pero la decepción de las víctimas no es sólo con el organismo persecutor, sino también con la clínica privada, que en este año logró levantarse y recuperarse al 100% en cuanto a la atención de los pacientes.

Caroline Ortega, quien ese 21 de abril estaba al lado de su hija convalesciente, expresó que en este tiempo el único llamado que ha tenido del Sanatorio Alemán es para cobrarle por la atención de salud.

“Yo en lo personal no voy a cancelar mientras a mí no me entreguen una respuesta concreta en qué condiciones nos encontramos. Nosotros, no hemos sido evaluados (…), a mí se me cayó el techo encima, yo terminé con esguince cervical, dorsal y con problemas a la columna, en general, a mí nunca me llamaron, nadie nos llamó para saber si necesitábamos algo“, manifestó Ortega.

La Fiscalía Regional informó que está a la espera de un informe respecto de los antecedentes en la carpeta investigativa y del cual podrían desprenderse la formulación de cargos por las tres personas muertas -dos contratistas- y la empleada de la cafetería Starbucks, quienes al regresar a sus lugares de trabajo fueron alcanzadas por la explosión.