La Asociación de Industriales Pesqueros (Asipes) hizo un llamado al Gobierno, parlamentarios del Bío Bío y a todos los actores pesqueros a dialogar para terminar con el conflicto que se vive en la zona por la ley que restringe la extracción de la jibia.

Por ello, todos los sectores siguen movilizados en espera de una solución efectiva, pues el veto anunciado ayer miércoles sólo agudizó la molestia de artesanales e industriales.

En efecto, el sector industrial esperaba que el Gobierno cumpliera su palabra e insistiera en la inconstitucionalidad de la ley que termina la pesca por arrastre. Sin embargo, tras muchas protestas y presiones, el camino escogido fue un veto aditivo.

Este intenta mejorar el cuerpo legal incorporando a la pesca de cerco en la captura de la jibia, que originalmente había quedado fuera ya que el texto permitía sólo el método de la potera.

Con esto, se confirma que los siete barcos industriales autorizados para extraer el 20% de la cuota total, ya no podrán operar sobre este calamar.

Las empresas agrupadas en Asipes aseguran que el cerco no les sirve, pues destruye el recurso que en ese estado sólo puede destinarse a harina.

La presidenta de asociación, Macarena Cepeda, afirmó que el actual escenario se ha generado por la visión ideológica sobre la necesidad de eliminar la pesca de arrastre y llamó al ministro de Economía a venir a la zona para constatar la realidad de la pesca en el Bío Bío.

“Vemos con preocupación que las decisiones que ha tomado el mundo parlamentario han aumentado el conflicto o han creado un conflicto social que hasta antes de la aprobación de este proyecto no existía”, aseguró.

Mientras la situación se agrava, las miradas se vuelcan hacia la flota cerquera del Bío Bío, que es artesanal pelágica y que con este veto llegarán en masa a capturar, según los pescadores artesanales.

Lo cierto es que en la práctica no se suman nuevos actores. En la región existen 2 mil 82 embarcaciones artesanales que cuentan con autorización para capturar jibia, las que clasificadas por eslora, predominan las de menos de 12 metros, con un 77% del total de naves.

De ellas, 462 tienen actualmente autorizado el arte del cerco, no obstante, también tienen autorizado el arte de la potera, es decir, ambos artes de pesca. Es por esto que el veto no implica la amenaza de nuevos actores a competir en su captura.

Según el director zonal de Pesca del Bío Bío, Oscar Henríquez, sólo 22 de esas naves cerqueras se dedican a la captura de jibia, representando un 2% de la captura artesanal y no existe una proyección de cuántas más podrían sumarse como consecuencias del veto.

Según datos del Sernapesca, de las 39 mil 400 toneladas de jibia asignadas a la pesca industrial en 2018, se extrajeron poco más de 35 mil.

Mientras que en el sector artesanal tenían 157 mil toneladas permitidas y sólo pudieron extraer 110 mil.

Pese que ha habido protestas también en otras regiones, el 100% de la cuota industrial y cerca del 80% de la artesanal se captura en las costas del Bío Bío.