Llevó a su perrito para que le cortaran el pelo, pero se lo devolvieron muerto. Así podría resumirse la acusación de un penquista en contra del hospital veterinario y peluquería canina Pet Life de Concepción.

De acuerdo al relato del afectado, Álvaro Salvo, todo ocurrió el pasado 31 de octubre, cuando llevó a su mascota -bautizada como Elvis- al mencionado recinto. Allí, canceló 15 mil pesos y esperó por poco más dos horas para que se lo devolvieran.

“Iba contento, corriendo, sano y lo dejé, me preguntaron cómo quería el corte y que tipo 15:30 iba a estar listo”, dijo Álvaro a BioBioChile.

Hasta ese momento iba todo sin contratiempos. Sin embargo, a la hora de recogerlo, la veterinaria que atendió al perrito hizo esperar al dueño y luego lo invitó a entrar a una sala donde le muestran a Elvis tendido.

“‘¿Qué le pasó? ¿Lo sedaron?’, le pregunto, porque se veía como durmiendo. ‘No’, me dijo, ‘no sé que pasó, no se qué decirte"”, relató Álvaro respecto del momento en que se percató que su compañero estaba muerto.

Cedida
Cedida

Acto seguido, cuenta el afectado, desde la veterinaria le pidieron que esperara al dueño de la tienda, quien le dio la mano, le dijo que lo sentía y que él sabía que le había confiado el perrito, pero no sabían qué hacer.

“No me dieron ninguna explicación de que le había pasado, (me dijeron) que no le habían puesto ningún sedante, nada, y al final llamé a Carabineros y pusieron una denuncia por daños materiales nomás”, afirmó.

Necropsia

Álvaro, sin embargo, continuó sospechando respecto del tratamiento que recibió su mascota y si es que efectivamente en la peluquería le habían suministrado algún sedante sin su consentimiento.

Por ello, en una bolsa plástica que le facilitaron en la misma tienda, llevó su mascota ya fallecida a la clínica veterinaria de la Universidad de Concepción, donde le practicaron una necropsia (anexo). Los resultados eran totalmente contradictorios a lo que le habrían mencionado en Pet Life.

Resultados del análisis realizado en la UdeC

“La ausencia de lesiones específicas permite descartar algún proceso infeccioso, traumático o metabólico. Sin embargo la severa relajación de los músculos de los anillos traqueales (tráquea en vaina) indica que el animal fue sometido al efecto de algún relajante muscular”.

“La causa de muerte en definitiva se atribuye a asfixia por paro cardiorrespiratorio”.

Álvaro, el afectado, junto a su perrito Elvis | Cedida
Álvaro, el afectado, junto a su perrito Elvis | Cedida

“La rabia”

Tras lo ocurrido, el afectado escribió en sus redes sociales, acusando lo sucedido.

“Esta situación ha sido terrible, Elvis era mi compañero, vivíamos los dos solamente, siento demasiada pena y rabia, siento que me lo asesinaron en Pet Life y me mienten en la cara”, sostuvo.

Y añadió: “Sé que muchos no son amantes de los animales o no les interesa mis dramas, pero es necesario hacerlo público para que nadie más lleve sus perrines a ese matadero, y no se repita la historia. Me quedo con un vacío, cargo de conciencia por llevarlo ahí, rabia, pena”.

BioBioChile intentó en reiteradas oportunidades comunicarse con el dueño o algún representante de Pet Life, para conocer su versión de lo ocurrido, sin resultados.