“Ahora (los transeúntes) dicen ‘mira, ese es el que salió en la tele, es violento’ y se alejan”. Con esas palabras, Cristian Contreras -más conocido como El Fuga– relata cómo han sido las semanas posteriores al ataque que protagonizó a mediados de mayo pasado, cuando destrozó el espejo retrovisor de un taxibús del Gran Concepción en las afueras al Mall Plaza Trébol.

El hombre de 44 años se hizo conocido en redes sociales, luego de que se difundiera un video donde -armado con un fierro- destruye parte de la máquina. Pese a no sentirse orgulloso de lo que hizo, asegura que tiene sus razones. Acá cuenta su verdad.

Todo se remonta al pasado lunes 14 de mayo, en los paraderos emplazados frente al centro comercial. Allí, El Fuga arremetió contra una máquina de la línea Vía Láctea, quedando -a su juicio- como un hombre violento, calificativo que descarta de plano.

En efecto, en conversación con BioBioChile, Contreras -quien presta servicios informales a líneas con destino a San Pedro de la Paz- asegura que el ataque se debió a problemas que se arrastran desde hace ya varios meses con un grupo minoritario de conductores del recorrido en cuestión.

En específico, El Fuga se desempeña en lo que se denomina coloquialmente como un “sapo de micros”; es decir, controla el tiempo de los buses para mantener la distancia y tiempo de las micros Llacolén, Ruta Las playas, Golondrinas, Campanil, Denavi Sur, Las Bahías, entre otras. Todo esto a cambio de una propina.

Según explica, son entre 10 y 15 (de un total aproximado de 120) los choferes de la Vía Láctea que no respetarían los paraderos diferenciados emplazados en las afueras del mall y ocuparían el espacio destinado a las líneas que van a San Pedro de la Paz y no a Chiguayante, como está estipulado.

De ahí que se generen problemas con los conductores, puesto que El Fuga trabaja para los micreros que se verían afectados por esta situación.

“Lo que yo quisiera es que hubiese un carabinero o alguien del Ministerio del Transporte para que regulara eso”, acusa en su condición de ciudadano.

“Tengo un carro de supermercado que lo ocupo de basurero, porque entre paréntesis no hay basurero en los paraderos, y ya cuando pasan cinco, siete minutos, y no se quieren ir (del espacio que no les corresponde) yo se los pongo en la puerta. Salen así unos medios tiburones a amenazarme”, asegura Contreras mientras levanta las manos para mostrar la estatura de sus supuestos agresores, quienes obstruirían el libre funcionamiento de todos los buses.

“El Hulk”

Según declara, fue en una de esas situaciones que se habría originado el ataque que protagonizó a mediados de mayo pasado.

“(Ese día) a mí me amenazó el compadre (el micrero): ‘Que me voy a bajar, que te voy a pegar, saca ese carro, tal por cual’. Ahí encontré un fierro y esa fue la situación”, recuerda.

Asimismo, sostiene que ha sido golpeado y amedrentado, especialmente por un micrero apodado “El Hulk”, quien pertenece a una línea diferente a la que él presta servicios. “Así le dicen, con eso te digo todo”, afirma, aludiendo a la corpulencia del hombre.

“Se jacta de que me ha pegado, se cruza de brazos, se ríe… es un compadre mala clase”, señala.

Y agrega: “Si yo soy un compadre malo, pato malo como dicen ellos, que ando con cuchillos y con armas, pidiéndole plata a ellos -cosa que es mentira porque yo no trabajo con ellos-… ¿por qué no van al mall donde hay una garita de Carabineros y me denuncian?” , explicando que mantiene una buena relación con la policía, puesto que “no hago escándalos ni tomó en la vía pública”.

“Son puros cabros jóvenes, que creen que se las saben todas, no sé que se creen (…) estos son chofercitos nomás”, acusa.

Consultado sobre el hecho en particular, en el que destruyó parte de la micro, sentencia: “Me avergüenzo, pero no me arrepiento”.

Injurias y origen de El Fuga

Según indica, toda la situación vivida durante el último año le ha afectado mentalmente.

“Estos ‘amigos’ me han hecho la vida imposible, me tienen enfermo de los nervios. Estoy con un daño psicológico“, expresa.

Asimismo, solicitó ayuda ante lo que considera una injuria: “si algún abogado escucha esto y puede brindarme ayuda… porque esto es una injusticia, me han dejado como el forro”.

En tanto, respecto del apodo de El Fuga, indica que éste se remonta a la época de su niñez. Según comentó, desde que tenía 12 años se escapaba de casa de su madre, en Santiago, con dirección a Concepción.

“Me gusta el sur, por la historia de la Conquista Española. ‘Cuando grande voy a vivir al lado del río Bio Bío’, decía cuando chico. Y aquí estoy… realizado“.