“(El desalojo) presenta un dilema ético muy serio dado que implica responder con violencia a un acto de violencia”. Con esas palabras, el arzobispo de Concepción, Fernando Chomali, se refirió a las críticas que se han levantado en su contra a raíz de la toma de la Catedral de Concepción, por parte de adherentes a la causa mapuche.

En efecto, fue el propio intendente de la región del Bío Bío, Rodrigo Díaz, quien fustigó la decisión del arzobispo penquista de no desalojar el principal templo católico local.

“El mensaje que se está dando a las víctimas de la violencia rural, a las policías, al Ministerio Público, a la institucionalidad, es -a lo menos- equívoco”, sostuvo Díaz el pasado martes.

En ese contexto, Chomali -que había mantenido completo silencio respecto de este tema- emitió un comunicado durante esta mañana. En el documento, la autoridad eclesiástica aseguró que “la toma es una medida que nos duele mucho porque ha impedido que los católicos puedan celebrar su fe”.

“El templo es la casa de Dios y lugar de encuentro y oración. Por eso insistimos que no es la forma de manifestar su descontento”, comentó.

No obstante, Chomali también afirmó sobre el eventual desalojo que “queremos dar un testimonio claro de que no podemos seguir pensando que la paz se va a lograr con violencia, venga de donde venga. Ha habido demasiadas víctimas. ¡Basta!”.

“(La huelga de hambre) a veces es un grito desesperado frente a la realidad de
sentirse poco considerado e injustamente tratado. Eso, el pueblo mapuche, independientemente de esta situación, lo padece, y es tarea de todos terminar con ello”, comentó.