El rostro de la presidenta Bachelet saliendo raudamente desde el Templo Catedral Metodista Pentecostal era de evidente molestia, lo que ratificaría más tarde la propia ministra vocera de Gobierno.

Todavía se escuchaba de fondo la canción nacional y los gritos de “asesina” y “vergüenza nacional” así como el frío recibimiento a Bachelet en la ceremonia marcarían la polémica del Te Deum Evangélico.

En la zona hubo reacciones. El candidato a diputado Leonidas Romero, evangélico y exalcalde, sentenció que esto no es una monarquía y que se pueden decir las cosas, más aún cuando a su juicio “la moral del país está por el suelo”.

Romero no sólo culpó a la propia Presidenta, sino que felicitó a sus “hermanos cristianos”.

En la misma línea, el diputado UDI Enrique Van Rysselberghe consideró que lo ocurrido fue una respuesta natural, agregando que en realidad lo que molestó al Gobierno es que Piñera se haya llevado los aplausos.

Por su parte, el pastor Carlos Adams fue enfático en que los evangélicos presentes en la ceremonia cumplieron con su deber respecto de un gobierno al que calificó de “nefasto”.

La presidenta de la UDI Jacqueline Van Rysselberghe le agregó un matiz. Si bien dijo no estar de acuerdo con los insultos afuera del templo, afirmó que los discursos estuvieron en la línea de lo que defiende el mundo evangélico.

El senador Víctor Pérez Varela sentenció que fue un error de la iglesia evangélica dejar un discurso a cargo de alguien que era candidato y rechazó tajantemente las agresiones verbales a la presidenta.

Reacciones frente al Te Deum Evangélico más polémico de los últimos años y que puso en relieve la discusión respecto al sentido de la presencia de las autoridades laicas en estas celebraciones religiosas.