Deficiencias de seguridad para los pacientes y de funcionamiento de la propia Clínica Universitaria de Concepción esgrimió en su carta de renuncia el ahora exgerente general del establecimiento, Osvaldo Henríquez, para explicar su desvinculación voluntaria y las que podría derivar en la desacreditación del centro asistencial.

La misiva del exejecutivo no pasó desapercibida para la Superintendencia de Salud, quienes confirmaron a Radio Bío Bío que el escrito adelantó el proceso de fiscalización propuesto para este año, por lo que en los próximos días personal de la institución gubernamental verificará en terreno los problemas dados a conocer por Henríquez.

En efecto, estas posibles fallas fueron calificadas por el agente zonal sur de la Superintendencia de Salud, Ernesto San Martín, como “preocupantes aseveraciones”.

En mayo de 2016, a un año de la acreditación de la Clínica Universitaria de Concepción, se le hizo una fiscalización que se denomina “de mantención de estándares”.

Ya en esa fecha, de las diez características revisadas en terreno, se estableció incumplimiento en cinco: trazabilidad de la biopsia, priorización de la urgencia, ficha clínica única, notificación de patologías de riesgo y mantención preventiva de equipos, uno de los aspectos cuestionados por Henríquez en su carta.


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Esto significó el levantamiento de un nuevo plan de mejoras en junio del 2016 y su verificación de cumplimiento en septiembre.

El representante de la Superintendencia de Salud en la zona fue enfático en que estos procesos pueden llevar incluso a la pérdida de la acreditación, contemplada en las sanciones.

Así entonces, la Superintencia mantendrá “bajo la lupa” los elementos de calidad cuestionados en una fiscalización que ya es un hecho y que tiene el espíritu, de comprobarse las acusaciones, de restablecer el estándar que exige la acreditación.