A más de una década de la crecida que cobró la vida de seis personas en La Suerte -además de otras víctimas en Nacimiento y los Saltos del Laja- los habitantes del sector continúan con miedo. No pueden borrar las trágicas imágenes de su cabeza, porque aseguran cada vez más empresas llegan a intervenir el área.

Y es que la suma de más empresas dedicadas a la extracción de áridos en el lugar y la falta de medidas de prevención en el curso fluvial, mantienen el recuerdo latente, al igual que el miedo a no enfrentar de la mejor forma una nueva tragedia.

El amargo recuerdo de esa jornada sigue presente en los vecinos de La Suerte, unos 15 kilómetros al surponiente de Los Ángeles. Como si vivieran nuevamente esas 15 horas de lluvia que se transformaron en una pesadilla y que se llevaron a varios de los suyos.

Claudio Gutiérrez, presidente del comité de adelanto, dijo que están preocupados porque lejos de canalizar las aguas del Bío Bío, éstas se acercan cada vez más a la población, debido a las empresas que extraen áridos.

Y es que nunca se instalaron los gaviones que se prometieron para contener el afluente. El dirigente dijo que si las entidades públicas no cuentan con los recursos para llevar a cabo esta medida, deberían al menos, exigir a las empresas que lo hagan, como parte de su responsabilidad social.

Considerando que son los municipios los que autorizan la extracción de áridos, el alcalde de Los Ángeles Esteban Krause anunció que revisarán los permisos extendidos para las intervenciones del río Bío Bío en ese sector.

Pero, ¿que ha ocurrido en estos diez años desde ese fatídico 11 de Junio del 2006? En su momento, se comprometió un estudio con organismos técnicos vínculados al Ministerio de Obras Públicas, para determinar qué construcción se requería en ese sector para proteger a las personas.

Sin embargo, por falta de recursos, la iniciativa no prosperó y por ende, no hay edificación que resguarde a los pobladores, reconoció Reinaldo Marisio, director regional de Obras Hidraúlicas en Bío Bío, quien dijo que no hay profesionales disponibles.

En materia de comunicación, si hubo mayor avance. El director general de Aguas del Bío Bío, César Saavedra, explicó que a raíz del fatídico episodio del 2006 se instalaron cinco nuevas estaciones de monitoreo con reacción en tiempo real, además de un sistema de alarmas y otro radial, en conexión con el municipio.

El profesional agregó que están ad portas de hacer una prueba de los equipos, la que se realizará en conjunto con los vecinos.

Sin embargo, los dirigentes aseguran que la comunicación no es lo más importante, ya que ellos quieren ver defensas fluviales en el río Bío Bío que los protejan ante una eventual nueva crecida.

Compromisos incumplidos

Tras la muerte de 11 personas el 11 de Julio del 2006, las autoridades comprometieron -entre otras cosas- la instalación de gaviones, un estudio para toda la cuenca donde era necesario hacer intervenciones para aplacar efectos de nuevas crecidas y revisar los planes maestros de aguas lluvias de esta y otras ciudades.

Sin embargo, nada de eso ocurrió y el reclamo de quienes vivieron el episodio ha sido estéril, ya que diez años borraron al menos de la memoria de las autoridades, la violencia del cauce y sus nefastas consecuencias no fueron acicate suficiente para que cumplan con su parte del trabajo que es prevenir.

Y aunque con la corriente del Bío Bío se fueron sus compromisos, los afectados no olvidan que los fenómenos de la naturaleza son cíclicos e impredecibles.