Unas habrían sido profanadas desde cementerios indígenas de la región de Los Ríos y otras adquiridas en el mercado negro. Se trata de alrededor de 20 piezas de las culturas mapuche, diaguita y pitrén que un afanado coleccionista mantenía en su domicilio de Chiguayante.

Son parte de los antecedentes que maneja la Brigada de Investigación de Delitos Medioambientales y de Patrimonio Cultural de la Policía de Investigaciones, en una causa que se inició en Valdivia y terminó en la incautación de vasijas, jarros, collares y figuras humanas relativas a la fertilidad; que podrían ser la envidia de cualquier museo de historia.

La subcomisario Yessica Vergara de la PDI, comentó a Radio Bio Bio que llamó la atención la presencia de piezas muy bien conservadas de la cultura pitrén, que podrían tener una data de entre 1400 y 500 años de antigüedad.

Pedro Cid | RBB
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La colección incluye además un jarrón de plata que provendría de la isla de Mancera, en la Bahía de Corral, que pudo llegar a bordo de un galeón español o incluso en un barco pirata.

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El coleccionista, quien aseguró ser un aficionado a estos objetos desde su niñez, quedó apercibido para prestar declaración ante la fiscal Ana María Aldana.

La posesión de piezas de valor arqueológico y más aún, su comercialización, podría constituir el delito de infracción a la ley de monumentos. En este caso, los objetos pretendían ser vendidos en 4 millones de pesos.

La Fiscalía de Talcahuano, donde se lleva la causa, coordina que las piezas sean estudiadas por el Consejo de Monumentos Nacionales y luego exhibidas al público.