Una inspección ocular al lugar donde fue visto con vida por última vez Mario Avila en 1973, en el centro de Tomé, realizó el ministro Carlos Aldana, en la que podría ser la última diligencia previo al fin de la investigación. En el caso de derechos humanos sólo un exuniformado está procesado por aplicación de tormentos.

Mario Avila, militante socialista, se presentó voluntariamente en la Comisaría de Penco en septiembre de 1973, permaneciendo detenido por tres días, durante los cuales fue sometido a distintos tipos de torturas, antes de ser dejado en libertad.

El 9 de octubre de ese mismo año, el joven de entonces 27 años fue arrestado nuevamente, esta vez en su lugar de trabajo, en el Departamento de Desarrollo Social de Tomé, tras lo cual se perdió su rastro, hasta ser encontrados sus restos a fines de noviembre.

En el marco de la investigación y como una de las últimas diligencias, el ministro Carlos Aldana inspeccionó el lugar de la detención en el centro de Tomé, esperando el hijo de la víctima, Mario Avila, que la diligencia dé luces sobre los responsables del crimen de su padre.

La familia de Avila, que presenció la diligencia, espera que los antecedentes recopilados por el ministro para causas por violación de derechos humanos en la inspección ocular puedan agravar el procesamiento del hasta hoy único inculpado en el caso, el carabinero en retiro, Héctor Aburto Muñoz.