Hasta Concepción llegó la destacada deportista nacional, Érika Olivera, para compartir experiencias con niños en riesgo social y que son acogidos por la Fundación Colunga y la Corporación para la Atención Integral y el Matrato, CATIM.

La maratonista, que representó a Chile en los últimos juegos de Río y que antes del viaje denunció a su padrastro de haber abusado de ella en su niñez, dijo que es importante que los niños comprendan este tipo de situaciones para así evitar ser violentados.

“Más que para compartir, es para entender. Entender lo que se vive, directamente lo que significa ser vulnerado, ser maltratado, ser violentado. Para mi es súper importante poder estar participando en este tipo de causas, de compartir con esos niños, que son lo más sagrado, soy mamá de 5 hijos”, señaló la deportista.

Sandra Castro, directora ejecutiva de la corporación CATIM, manifestó su gratitud de contar con Olivera en este tipo de actividades, que asegura son necesarias para que los menores comprendan los riesgos de ser vulnerados, no sólo de forma sexual.

“Su historia de vida, que es a través del deporte como herramienta de superación, tiene que ver con el sentido de este centro. En este programa estamos optando por un modelo innovador de atención para niños que han sido víctimas de vulneraciones graves”, comentó Castro.

La corporación CATIM se dedica a incrementar el bienestar de los niños y sus familias que enfrentan problemas psicosociales vinculados al maltrato, abuso sexual y exclusión social. Actualmente atienden a más de 70 niños vulnerables.