La Seremi de Salud clausuró la empresa donde ocurrió la tragedia hace tres meses que cobró la vida de tres trabajadores por un accidente químico en Concón, región de Valparaíso.

Según se pudo constatar, la sede de Transportes Alberto Díaz continuaba operando pese a la prohibición de funcionamiento, la cual se encontraba vigente desde el momento de la emergencia.

A casi tres meses de la emergencia química que terminó con la muerte de tres trabajadores, víctimas de una posible inhalación de ácido sulfhídrico, desde la seremi de Salud de Valparaíso finalmente anunciaron la clausura de la sucursal.

Se trata de una sede de Transportes Alberto Diaz Parraguez ubicada en el barrio industrial de Concón, que había sido decretada con prohibición de funcionamiento tras el fatídico accidente. Pese a ello, tras ser alertados de que la compañía estaría desacatándola, personal de la secretaría regional de Salud acudió este lunes para fiscalizar.

Así lo confirmó el seremi Georg Hübner, quien sostuvo que pudo constatar las denuncias sobre el incumplimiento de permisos.

La noticia fue bien recibida por parte de la defensa de las familias de los fallecidos. Patricio Olivares, abogado de la familia de Francesco Castro y Ricardo Correa, señaló que la decisión entrega soporte al argumento que sustenta la querella que presentarán en los próximos días.

En la misma línea, el abogado de la familia de Bastián Escudero, Nicolás Larach -quien hace varias semanas ya ingresó una querella por cuasidelito de homicidio-, asegura que ratificar la prohibición de funcionamiento era el camino adecuado a seguir por la autoridad.

Las familias de las víctimas apuntan además a negligencias previas por parte de la compañía, que no accedió a pronunciarse tras darse a conocer la decisión sobre su clausura. Ahora, con algo más de tranquilidad, esperan que la situación se esclarezca en tribunales.