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Denuncian malos olores por aguas servidas en quebrada de Viña del Mar: niños estarían con vómitos

Por Yessenia Márquez
La información es de Brenda Parra

27 julio 2020 | 16:15

Vecinos del sector Santa Julia en Viña del Mar en la región de Valparaíso denunciaron que producto del mal olor por aguas servidas, se encuentran sin poder abrir la ventanas de sus hogares y que incluso estarían con vómitos.

En tanto, desde la sanitaria Esval indicaron que el problema ya estaría solucionado, contrario a lo que indican los habitantes del sector.

De acuerdo a los vecinos de Santa Julia, deben vivir diariamente con malos olores y plagas de ratones en el lugar conocido popularmente como “El Tobogán” en el límite con Mirador de Reñaca.

Estos olores provocarían incluso vómito de niños y niñas que viven en el lugar y que no les permitiría poder abrir las ventanas de sus viviendas para poder ventilarlas.

Así lo señaló Katherine Cerna, presidenta de la Junta de Vecinos de Bosques de Santa Julia Norte de Reñaca Alto, quien detalló que “hay aguas servidas en un pequeño río que corre por la quebrada. Está con todo aposado porque la Municipalidad tampoco se hace cargo de la limpieza y las desratización“.

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Frente a esta situación el diputado Andrés Celis, como parte de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados y Diputadas, ofició a la sanitaria Esval para que diera una solución a este problema.

Además hizo énfasis en que la Municipalidad de Viña del Mar tome cartas en el asunto para desmalezar, sacar la basura, desratizar y destapar el ducto.

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Al respecto, Alejandro Salas, subgerente de Esval, indicó que acudieron a solucionar el problema de aguas servidas en ese lugar, y que no tienen registros de que haya ocurrido esto anteriormente.

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En tanto, los vecinos del sector indicaron que cada año se obstruye una cámara del colector ubicado en una quebrada de Villa Bosques de Santa Julia, lo que significa que aguas servidas corren por una vertiente natural, arrastrando suciedad en todo su trayecto y expeliendo olores desagradables.

A lo anterior, se sumaría la existencia de zarzamoras a un costado de la quebrada, las que han intentado remover porque al estar a la orilla, las personas podrían fácilmente resbalar y caer cerro abajo.