Con 18 años, Camila quedó completamente sola en Nueva Zelanda, en medio de una pandemia a nivel mundial. Tras ganar una beca, la estudiante del Instituto Agrícola Pascual Baburizza (IAPB) de Los Andes viajó a dicho país junto a un grupo de compañeros, sin embargo, todos lograron volver, menos ella. Finalmente y tras pasar más de un mes sola, logró retornar con su familia.

A principios de abril, el medio internacional Stuff dio a conocer la situación de Camila Galleguillos, quien llegó a Nueva Zelanda para pasar cinco meses en el Otago Polytechnic Central Campus de Cromwell. La fecha de regreso estaba fijada para el 19 de abril.

Sin embargo, tras al avance del coronavirus los planes se modificaron. Los pasajes de los 18 jóvenes fueron cambiados por las autoridades chilenas a fin de que pudieran regresar con prontitud. Para esto recibieron los pasajes días antes del retorno. Sin embargo, el vuelo de Camila fue el único del grupo que se canceló.

En dos oportunidades le negaron una solución, según señaló el medio, el que agregó que “pese a que su Gobierno le reservó un pasaje de último minuto, y al envío de una carta por parte de la Embajada de Chile pidiéndole a las autoridades del aeropuerto que la dejaran subir, fue rechazada“.

Según le habrían dicho al director del recinto en que el estudió Camila en Nueza Zelanda, Alex Huffadine, solo personal esencial estaba autorizado a volar y que la escolar chilena no estaba en ese grupo.

Pese a que fue acogida por una familia neozelandesa y estuvo en constante comunicación con Chile, la joven señaló en su momento al medio que “mi familia está preocupada. Les alegraba poder verme porque todas las otras familias recibieron a sus hijos y solo me quieren tener de vuelta, pero no pueden“.

“Es bueno estar de vuelta”

Pasó poco más de un mes desde aquella publicación y finalmente el pronóstico para la joven cambió de forma favorable.

Según el medio Stuff, el pasado viernes 1 de mayo la estudiante fue repatriada en un vuelo junto a 23 jóvenes brasileños que al igual que ella, quedaron atrapados en Queenstown.

Camila señaló que no puede creer que esté de vuelta. “Extraño Nueva Zelanda pero es bueno estar de vuelta“, añadió la joven, quien enfatizó en que no llega a la normalidad, considerando las medidas restrictivas que se toman producto del coronavirus.

“Es bueno hablar con mi familia y compartir momentos con ellos. Estamos a solo dos metros de separación, no al otro lado del mundo”, dijo Camila al medio.

Stuff consigna que la embajada chilena logró el pasado jueves embarcarla en un vuelo alquilado desde Christchurch a Auckland, para finalmente el viernes en la mañana conectarla con el avión que la trajo de vuelta.