“Cuando tratamos de escapar por los disparos que se estaban efectuando, de ahí fue todo caótico, yo iba en la parte de atrás y lo único que sentí fue caliente la espalda, me toqué, vi sangre y dije ‘mamá, me dispararon”. Este es parte del testimonio de una de las personas que han acusado ser víctima de agresiones injustificadas y abuso de poder en el Gran Valparaíso durante el estallido social en todo Chile.
La denuncia corresponde a la de Wildo Henríquez, quien recibió al menos dos impactos balísticos en el centro de Viña del Mar, la noche de este lunes 21 de octubre. Iba en la parte de atrás de un vehículo cuando sufrió el ataque.
Henríquez había solicitado su salvoconducto durante la tarde -cuya vigencia era hasta las 00:00 de este martes 22- para ir a buscar a su mamá en la noche, pues se encontraba hospitalizada.
Tras reunirse con ella y debido a la ausencia de transporte público, caminó rumbo hacia el sector de Reñaca Alto -donde vive su madre-, cuando se encontró con un automovilista que le preguntó por direcciones.
Tras conversar por algunos momentos, éste le ofreció llevarlo hasta el domicilio de su madre, por lo que se pusieron en marcha. Wildo comentó que alrededor de las 22:00 horas llegaron a un supermercado Tottus, ubicado en el sector de Gómez Carreño, cercano a la feria de calle Caupolicán, cuando escuchó disparos.
“Se escuchan disparos y el chico (conductor) se asusta, entonces toma la decisión de acelerar y poder arrancar de ahí para que no nos llegara ningún disparo”, relata.
Pese a las maniobras del chofer, Wildo resultó herido por un disparo. “Le digo ‘mamá, estoy sangrando, me dispararon”, narra.
Pese a que desconoce el origen de los disparos, acusa que sólo habían efectivos militares, por lo que apunta a ellos como los responsables.
Al salir del vehículo, se vio imposibilitado de caminar, por lo que su madre intentó pedir ayuda golpeando puertas, sin embargo, nadie abrió. Por ello, se armó de fuerzas y se trasladó hasta otro punto donde se encontró con los uniformados.
Los efectivos le ayudaron a detener la hemorragia y pudo contactarse con su esposa.
Luego de eso fue trasladado hasta el Hospital Dr. Gustavo Fricke, donde le realizaron radiografías y evaluaciones para constatar su estado. De acuerdo a lo que informó, recibió un disparo en el antebrazo izquierdo que terminó en fractura de hueso, así como otro impacto en el sector izquierdo de su abdomen, sin afectación de órganos.
De acuerdo a lo que le comunicó un médico antes que le dieran el alta este martes, Wildo terminó con sensibilidad en su mano izquierda -lo que afectará su trabajo como soldador-, y le señalaron que si el disparo que recibió en el abdomen hubiera sido 5 centímetros más a la izquierda, habría tenido complicaciones más graves.
“Tomaron mi salvoconducto y lo rompieron”
“Lo que ellos hicieron fue tomar mi salvoconducto, lo rompieron, lo pisotearon y nos comenzaron a agredir con distintos golpes de luma”. Así describe Samuel Molina la agresión que acusa haber recibido por personal de Fuerzas Especiales durante el toque de queda del lunes recién pasado, pese a que contaba con el permiso correspondiente.
El joven de 23 años, quien estudia derecho en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, contó a Radio Bío Bío que junto a su polola y compañeros se unieron a la Organización de Defensores de Derechos Humanos (ODEDH), para observar las detenciones y verificar que se cumplan los derechos de quienes sean retenidos.
Este lunes 21 de octubre obtuvo un salvoconducto y apenas comenzó el toque de queda se dirigió junto a su polola hacia la plaza de Viña del Mar. Allí se encontraron con un grupo de militares, a quienes les mostraron su salvoconducto y preguntaron cómo proceder.
Pese a que los efectivos respetaron su salvoconducto, la situación no fue la misma con Carabineros. A la altura de la estación del metro Viña del Mar, se encontraron con un grupo de Fuerzas Especiales, los que no habrían respetado el documento, agrediéndolos.
“Lo que ellos hicieron fue tomar mi salvoconducto, lo rompieron, lo pisotearon y nos comenzaron a agredir con distintos golpes de luma, incluso con empujones y puñetazos, a mí, a mi polola y a otra niña que estaba ahí con nosotros”, dice Samuel, agregando que la agresión sólo se detuvo debido a la interferencia de los militares con los que habían conversado previamente.
Producto de esto, el joven comentó que terminó con lesiones en sus muñecas y piernas, lo cual fue constatado en el Hospital Dr. Gustavo Fricke.
A continuación puedes ver un registro que grabó Samuel segundos después de la agresión.
Escucha su testimonio completo a continuación.
“Sé a lo que me expongo, pero nunca pensé que iban a ser capaces de dispararme”
Johans Aravena tiene 26 años, es estudiante de periodismo de la Universidad de Playa Ancha, y dirigente social de Laguna Verde. El joven denuncia que este lunes 21 de octubre recibió tres balines por parte de Fuerzas Especiales de Carabineros.
El joven relató a Radio Bío Bío que ese día fue a reportear la manifestación en el centro de Valparaíso con su cámara fotográfica. Allí se encontró con un hombre que estaba siendo atendido por un grupo de personas a las afueras del hotel Diego de Almagro tras, aparentemente, ser rociado con gas pimienta.
En ese instante, Johans contó que se acercó un carabinero y éste lo amenazó para que se fuera, apuntándolo con un rifle. Él explicó que sólo estaba con su cámara y que no había forma de que causara daño a los efectivos o a la ciudadanía, sin embargo, señaló que lo ignoraron.
“Volvió a insistir apuntando el arma, así que tuve que correr, corrí como unos 20 metros, y siento el golpe en la cabeza. Me toco, veo mucha sangre, la cámara cubierta de sangre”, sostiene.
“Le muestro la sangre a los carabineros porque ilusamente pensé que podían ayudarme, no fueron ni capaces de mirarme a la cara, dieron la orden de seguir avanzando y siguieron su camino. Me acerqué donde otros chiquillos y me dieron la atención ellos mismos, los vecinos, las personas que trabajan en el hotel”, agrega.
Luego de eso, Johans se dirigió hasta el Hospital Carlos van Buren donde atendieron sus lesiones. En total recibió tres balines: dos en el brazo y uno en la cabeza, reportó. Además, indicó que de ellos sólo le retiraron dos, ya que le explicaron que el tercero podía causar más afectación si intentaban sacarlo.
En estos momentos, Aravena trabaja con la Clínica Jurídica de la Universidad de Valparaíso, desde donde le prestan ayuda para presentar acciones legales. Además se encuentra buscando testigos que puedan acreditar su inocencia, ya que acusó que algunos usuarios de redes sociales justificaron la agresión, indicando que él habría participado de las barricadas y que lanzó piedras durante dicha manifestación.
“Quedé adolorido e incómodo, no puedo hacer mucho movimiento con el brazo, pero igual he estado participando de asambleas, y eso igual me ayuda a no pensar en el suceso, porque además soy dirigente social. Sé a lo que me expongo, pero nunca pensé que iban a ser capaces de dispararme sólo estando con una cámara en la mano”, concluyó.
A continuación puedes escuchar la historia de Johans.
Uso de la fuerza
Durante el balance que realizó la mañana de este jueves el contralmirante Juan De la Maza en Valparaíso, justificó el uso de la fuerza cuando los efectivos se han visto sobrepasados por la multitud.
“Nosotros actuamos de acuerdo a la gravedad de las acciones, y eso en oportunidades lleva a la necesidad del empleo del uso de la fuerza, ya que nos enfrentamos muchas veces con delincuentes que nos enfrentan en masa”, explicó.
En tanto, tras ser consultado por casos en que no se han respetado los salvoconductos, ya que se ha agredido a personas pese a que los portaran, como Samuel o Wildo, se limitó a decir que no tenía esa información.
“No tengo antecedentes de nadie que haya sido agredido haciendo uso del salvoconducto”, afirmó ofuscado De la Maza.
