Después de casi 20 años en la zona, la Nave Imaginaria de Isla Negra, uno de los mayores atractivos turísticos del lugar, está cerca de ser demolida, ante una orden del municipio. Entre las acusaciones a la propiedad de parte de la vecina que ha reclamado para que esta sea derribada, está que la construcción es “demasiado creativa” y “bizarra”.

Desde 1999 que lentamente comenzó a operar la Nave Imaginaria en la avenida Central de Isla Negra —comuna de El Quisco—, primero con su forma original de casa hasta convertirse en una embarcación en tierra. Hoy en día en cuanto a público está sólo por detrás de la casa de Neruda en Isla Negra y recibe a aproximadamente 2 mil 500 personas al año, que navegan imaginariamente en una experiencia que Rodrigo Parra, el capitán y dueño, prefiere no definir.

Simultáneamente a su crecimiento, hace ya cerca de 12 años que inició el conflicto que actualmente la tiene en peligro, según cuenta el mismo Parra.

De acuerdo a él, en un principio varios de los vecinos de Isla Negra se oponían al proyecto, pero con el tiempo sólo una vecina ha seguido en esa posición, quien vive en una casa adyacente.

“Si a mí la gente de la Isla Negra me quiere, esto ha sido un atractivo turístico para todos, excepto esta sola persona, que se ha dedicado sostenidamente, durante 12 años, a hostigar”, asegura Parra.

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El conflicto

El problema es que, ante los reclamos de los vecinos, en 2009 la municipalidad se vio en la obligación de emitir una orden de demolición, pues claramente la obra no cumple con las normas del Plano Regulador Comunal —es una casa con forma de barco y no hay directrices urbanas que permitan una construcción de esa naturaleza—. Así, el documento fue firmado al año siguiente por la alcaldesa Natalia Carrasco.

Ante esta situación, Parra intentó regularizar la propiedad para frenar la medida, pero no pudo. De hecho, él cree que la obra es casi irregularizable.

Aquí estamos frente a una especie de patología, esta persona es conocida por lo conflictiva
- Rodrigo Parra, capitán de la Nave Imaginaria

Esto fue avalado por la misma alcaldesa, en una reunión del Consejo Municipal en 2011. “Él tenía un plazo para regularizar y al final no pudo porque la ley no se lo permite“, explicó la alcaldesa Carrasco.

Pero tampoco podría regularizar la construcción, según cuenta, a menos que tuviera el visto bueno de la vecina que se opone, María Pérez, pues el terreno en que está emplazada la nave corresponde a una cesión de derechos.

“Al estar yo dentro de una comunidad, aunque yo pueda regularizar con todas las leyes, con todos los arquitectos y con toda la cuestión, si uno de los vecinos no está de acuerdo es no no más. Ya lo hemos intentado en dos ocasiones. Intentar regularizar, con todo lo que se me pide en la municipalidad, pero no se puede porque los vecinos se oponen a la cuestión: no quieren, quieren demolición“, expresa Parra.

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“Bizarra” y “demasiado creativa”

En 2010, Pérez interpuso un recurso de protección contra la alcaldesa Carrasco por no dar cumplimiento a la demolición.

Entre las acusaciones se manifestó que la construcción era “bizarra” y “demasiado creativa” y que amenazaba con caerse, lo que ponía en riesgo a la mujer y a su familia. Además, argumentó que el piso se había hundido seis centímetros.

Al respecto, Parra responde que el piso efectivamente se hundió, pero que eso no tuvo nada que ver con la Nave Imaginaria y con las obras que él realizó.

“Estas casas eran de segunda vivienda, que las construyen bien apurado, bien rápido. Entonces, qué es lo que pasó, los maestros al construir estas cuatro casas pusieron las vigas directo a la tierra, no en un emplantillado de cemento, entonces eso se pudrió y fue bajando, bajando, bajando. A tres casas nos pasó exactamente lo mismo”, apunta Parra.

Pese a que la Corte de Apelaciones de Valparaíso rechazó el recurso de protección por considerar que la alcaldesa estaba siguiendo con el proceso de demolición como correspondía, Pérez presentó un reclamo ante Contraloría en 2014.

“No aceptamos que mediante matonaje ideológico se nos imponga la idea de que, por ser creativo, un propietario pueda saltarse y sentarse en la Ley de Urbanismo y Construcciones y su Ordenanza General”, manifiesta en la denuncia ante el órgano.

Además reclamó que la situación había sobrepasado “todos los límites del respeto entre vecinos” y que la propia alcaldesa había contribuido a la popularidad del lugar, pese a que ella era quien debía estar pendiente de que se demoliera.

Esta presión, de acuerdo a Parra, durante este año ha obligado a la municipalidad a dar curso al procedimiento, tras varios retrasos en la licitación de la demolición.

Parra cree que el motivo real de Pérez para oponerse a la Nave Imaginaria son los celos. “Envidia. Fíjate en lo que funda el recurso de protección: lo funda en que es una obra bizarra, muy llamativa y creativa”, asevera.

“Aquí estamos frente a una especie de patología, esta persona es conocida por lo conflictiva y tiene un montón de otras demandas y un montón de otras cuestiones legales en contra”, complementa Parra.

Cabe destacar que se le dio la oportunidad a Pérez para hablar en este artículo, pero ella se negó a contestar las preguntas de BioBioChile al ser contactada.

En tanto, Parra plantea que es necesario que alguien, alguna rama de Gobierno, apoye el proyecto para así salvar la Nave Imaginaria que ha sido un atractivo turístico y centro cultural para Isla Negra.

En específico, cuenta que mañana martes se reunirá con la seremi de Bienes Nacionales, Rosario Pérez. “Esperamos conseguir apoyo, decir: ‘A ver, cómo solucionamos esta cuestión’, más allá de todas las cosas legales que están andando”, afirma él.

Por mientras, intentará regularizar la propiedad, pero hay pocas esperanzas de que en esta oportunidad se permita su legalización, ante la negativa constante de la vecina.

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