En la región de Valparaíso se concentra el 70% de los floristas del país y cuando hay sequía son los últimos en recibir agua, por lo que piden un acuerdo para repartir el recurso.

Están ubicados en el tercer y cuarto sector del Río Aconcagua, y el 80% de ellos corresponden a productores dueños de menos de 10 hectáreas.

Estos se concentran principalmente en Hijuelas, La Ligua, Quillota y comunas que son parte de la crisis hídrica de los valles interiores en la región.

El año pasado comenzaron a organizarse producto de la competencia de precios con floristas de Ecuador y Colombia junto con pedir el cambio a la Ley de Pesticidas.

Luego de pasar 40 días sin agua, conformaron la Asociación Gremial de Floricultores y Viveristas del Valle de Aconcagua.

Una alternativa a la grave sequía es el Embalse Catemu, proyecto que está esperando la Resolución de Calificación Ambiental.

Otra opción es el caudal del Río Aconcagua, que siempre ha aparecido como una posible solución. Dividido hace más de 100 años en 4 secciones, los pequeños productores pertenecen a la tercera y cuarta sección de los valles bajos de la región.

Rafael Pacheco, representante de la Asociación, dijo que el problema es ponerse de acuerdo con la primera y segunda sección, que corresponde a la alta cordillera.

Desde el Ejecutivo han aclarado que lo más importante es priorizar el consumo humano.

Si bien el criterio es incuestionable, el problema surge cuando la fuente laboral de los productores queda expuesta, peligrando el sustento para sus familias.

El intendente regional, Jorge Martínez, se refirió a la reunión que sostuvieron con los afectados y aclaró que buscan alternativas para subsanar la crisis.

La asociación también mantiene diálogo con los productores de palta de Longotoma, quienes también acusan no disponer de un curso natural de agua.