Con la sensación de que finalmente se hizo justicia después de un largo proceso que duró más de un año, recibió la familia de Benjamín Lillo -joven que falleció en Reñaca tras ser atropellado- el rechazo de la Corte de Apelaciones de Valparaíso al recurso de apelación presentado por la defensa de Tomás Vives Viveros.

Tras esta resolución, se confirmó la sentencia que condenó al conductor a penas efectivas de 5 años de presidio, como autor del delito de conducción de vehículo motorizado en estado de ebriedad con resultado de muerte y otra de 4 años por no detener la marcha, prestar la ayuda y dar cuenta a la autoridad.

Para Gastón Lillo, hermano del estudiante universitario fallecido y presidente de la fundación No más Benjas, con esta resolución se cierra una etapa de difícil para la familia. Además, indicó que ahora podrán estar más tranquilos y su hermano podrá descansar.

El familiar también aseguró que con el tiempo la familia logró canalizar la pena a través de la fundación, estableciendo como objetivo del trabajo de ésta la reeducación vial.

La decisión se produjo tras el fallo unánime de la Primera Sala del tribunal de alzada porteño -integrada por los ministros Eliana Quezada, Álvaro Carrasco y Max Cancino- la cual no dio lugar a la acción judicial, confirmando la sentencia dictada por el Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Viña del Mar del 3 de enero pasado.