La Corte de Apelaciones de Valparaíso, en fallo unánime, ratificó una de las sentencias, de 4 años de presidio, contra Tomás Vives Viveros, condenado por la muerte del estudiante universitario Benjamín Lillo, hecho ocurrido en Reñaca la madrugada del 2 de marzo de 2016.

En el fallo se confirma la sentencia como autor del delito de no detener la marcha, prestar la ayuda posible y dar cuenta a la autoridad del accidente de tránsito donde falleció el estudiante.

Desde la Fundación Emilia recibieron como una buena señal el rechazo del recurso de nulidad presentado por la defensa de Vives, asegurando que esta vez la Corte de Apelaciones no fue “garantista” como en ocasiones anteriores.

“Nos parece una súper buena señal, porque no habíamos tenido ratificación de sentencia. El caso de Pablo Asencio es un claro ejemplo de que la Corte de Apelaciones había sido garantista”, expresó Carolina Figueroa, presidenta de la fundación, refiriéndose a la rebaja de sentencia al primer condenado por la Ley Emilia.

Cabe recordar que, en fallo de primera instancia, Tomás Vives además fue condenado por el Tribunal Oral de Viña del Mar a 5 años de presidio efectivo, como autor del delito de conducción de vehículo motorizado en estado de ebriedad con resultado de muerte y recibió una multa de 12 Unidades Tributarias Mensuales, unos 550 mil pesos.