Las denuncias a través de Facebook se han transformado en una herramienta de denuncia cada ves más frecuente, pero que pueden transformarse en un arma de doble filo si no responden a las exigencias jurídicas que cautelan derechos básicos de las personas.

Fue así como la Corte de Apelaciones de Chillán comenzó a sentar jurisprudencia en esta materia y acogió un recurso de protección por parte de una pareja que fabricaba piscinas de hormigón, y que fue acusada de estafa por un cliente, a través de la red social, según consignó Diario Constitucional.

El tribunal de alzada resolvió exigir la remoción de la publicación en la que se afirmaba que los constructores habían pedido el dinero y desaparecido, sin concluir el trabajo.

“Se le consultó al autor de la publicación por qué había escrito eso, y respondió que lo hizo porque estaba molesto ya que las cosas no salieron como él quería y porque creía que lo amparaba el derecho a la libertad de expresión”, explicó el abogado de la pareja, Rodrigo Vera Lama.

El jurisperito detalló que el derecho mencionado por el denunciante, no avala ni calumnias ni injurias, situación que se vio agravada por una serie de amenazas que los constructores de piscinas recibieron por parte de usuarios de Facebook que sólo conocían la versión publicada en la plataforma.

Según explicaron los aludidos, si bien uno de los constructores tuvo problemas de salud, siempre mantuvieron el compromiso de concretar la obra que alcanzó a llegar, dijeron, a un avanzado estado de construcción.

“Grande fue la sorpresa cuando el 22 de noviembre del año 2017, con la obra presentando un gran estado de avance, casi concluida, una amiga me señaló que una persona había publicado en la red social de internet, Facebook, un mensaje ofensivo, con fotografías incluidas, alusivas a mi novio y a mi”, explicó la afectada por la denuncia, en la que se le calificó como “estafadores” a ella y su pareja.

De esta forma, el cuerpo de ministros de la Corte de Apelaciones ñublina decidió que la actitud del denunciante generó “sensación de veracidad de la denuncia, cuyos hechos aún no son asentados en sede judicial, y que provocan las airadas reacciones”.

Así, el tribunal ordenó al autor de la denuncia borrar la publicación realizada en Facebook y abstenerse de realizar publicaciones de este tipo.