El fin de semana se conoció el caso de Luis Alvarez Díaz, quien tras una rara enfermedad que lo mantuvo alejado del cargo como notario de Chillán, reasumió sus funciones.

Según una de sus hijas, el abogado de 61 volvió a la notaría con las secuelas del problema neurológico que lo afectó, y que se manifestarían en la pérdida del habla y complicaciones en sus manos y piernas.

Consultado si un notario puede desempeñarse sin poder comunicarse con su personal o los usuarios, el presidente de la Asociación Regional del gremio en el Bío Bío, Néstor Avila, indicó que no es necesariamente una inhabilidad.

Sobre la dificultad para escribir o firmar, en tanto, el dirigente gremial indicó que ahí lo que corresponde es que se emita un certificado médico, de manera que sea la Corte Suprema la que se pronuncie.

Constanza Álvarez, hija del notario, que discrepa de la apreciación que hace su hermana sobre el categórico diagnóstico de salud de su padre, aseguró que es falso que el notario de Chillán no pueda firmar los documentos, aunque sí admitió las dificultades en el habla.

Justamente los certificados de los especialistas que trabajan con Luis Álvarez en su rehabilitación fueron remitidos a la Corte de Apelaciones de Chillán, de manera de reasumir en la notaría, que a su vez los envió al máximo tribunal para que defina una posible inhabilidad o si efectivamente el funcionario puede mantenerse en el cargo.