La Tercera Sala de la Corte Suprema ratificó la sentencia contra el Hospital Clínico de Magallanes, que le obliga a pagar una indemnización de $80 millones a la hija de un paciente que falleció en el recinto asistencial en 2010.

Esto último, a raíz de complicaciones surgidas tras una extracción de apéndice.

Según el máximo tribunal del país, la falta del recinto asistencial se fundamenta en que no disponía de personal suficiente durante el fin de semana para monitorear la evolución del paciente tras la operación.

“En efecto, los sentenciadores, sobre la base del informe pericial, establecieron que la tórpida evolución del paciente en el post operatorio no fue evaluada ni detectada a tiempo, toda vez que no se contó con personal médico en el fin de semana que evaluara directamente al paciente”, explica el fallo.

Destaca además que, en el caso de cirugías por apendicetomía, la estrecha vigilancia impide resultados fatales, dado que “la detección inmediata de una mala evolución reduce en términos considerables la mortalidad asociada”.

La negligencia

Según lo constató el Diario El Pingüino, los hechos comenzaron a gestarse el 2009 cuando la víctima, Claudio Mancilla Arismendi (de 34 años), comenzó con fuertes dolores de espalda, siendo diagnosticado en primera instancia en el Hospital Regional, en esa ocasión ubicado en calle Angamos, donde se le indicó que mantenía posibles cálculos renales, quedando a la espera que lo llamen, situación que nunca ocurrió.

Posteriormente el 10 de febrero de 2010, el afectado concurrió al consultorio Tomás Fenton siendo enviado al servicio de Urgencia del Hospital Regional, producto de una hemorragia digestiva baja.

Posteriormente, el 22 de febrero fue controlado en el recinto asistencial, sólo consignándose una baja de peso, donde se solicita realizar una rectosigmoidoscopía.

El 18 de marzo de ese año, nuevamente ingresa al servicio de urgencia por un dolor abdominal, diagnosticándole esta vez una apendicitis, quedando hospitalizado. Tras la intervención, el paciente continuó con los fuertes dolores que obligaron su traslado a la Clínica Magallanes para realizarle un escáner, el que nunca se le reveló a su familia indica la acción judicial.

De acuerdo a la denuncia, su estado de salud se complicó, falleciendo el 22 de marzo de 2010 debido a que dejó de recibir atención médica especializada y por no tener personal médico de turno, para tratarlo durante días festivos.