En fallo unánime, la Corte de Apelaciones de Punta Arenas ratificó la sentencia dictada por el Tercer Juzgado de Letras de la ciudad que obligó a Rendic Hermanos S.A., Unimarc, a indemnizar con $5 millones por daño moral a una exsupervisora, de iniciales J.C.G.P., quien fue despedida tras ser imputada por hurto de productos en julio de 2015.

En el dictamen, la Primera Sala del Tribunal de Alzada indicó que el actuar de los guardias del local fue “negligente, arbitrario o carente de razón” luego que la afectada cruzara una línea del recinto con cerca de $15 mil en productos, por lo cual la mujer dio una “explicación plausible y razonada de su olvido”.

Según la resolución, tras escuchar los testimonios de ambas partes, “era posible de advertir con una simple observación de las circunstancias que constaban en ese momento en vez de excederse en detener a una trabajadora que llevaba más de tres años en la empresa como supervisora que explicó lo acontecido, cuyo resultado fue en gran medida fruto del arbitrio de un guardia que denota una actitud sesgada respecto a la actora”.

Éste no la escuchó y sólo esperó a que Carabineros se apersonara al lugar, “lo que sin duda provoca en cualquier persona una situación angustiante al verse enfrentada a un trato ignominioso delante de sus compañeros de trabajo y empleados a su cargo”, añadieron los magistrados.

De esta forma, el Tribunal de segunda instancia determinó que la retención de “una persona trabajadora”, quien ante un descuido entregó una versión comprobable de los hechos, no es razonable, motivo por el cual la angustia y el dolor por los que pasó deben ser reparados.