Una delicada situación vive Laura Fontana, madre de una pequeña de 5 años, quien denuncia que su hija de iniciales M.J.V sufrió discriminación por parte de funcionarias del jardín Mar y Cielo de Punta Arenas, institución perteneciente a la Armada.

La medida tendría que ver con el comportamiento de la pequeña, el cual de acuerdo a su mamá se desprende de la epilepsia refractaria con la que su hija debe lidiar, sumado a un trastorno de percepción sensorial, razones por las que debe ingerir una decena de medicamentos que presentan efectos secundarios como hiperactividad.

Laura Fontana sostuvo que “la tía me dice que la jornada se acorta a las 11.00 am y antes estaba hasta las 12.30 horas“, agregando que “no puedo creer que en todo lo que evolucionamos, pasen estas cosas, me sentí desamparada, el jardín era un lugar de confort, estaba bien y protegida”.

En lo que se refiere a las características de la condición de la pequeña, su mamá acotó que “tiene un desarrollo cognitivo menor a su edad, no siente como sentimos nosotros, la información al llegar al cerebro la procesa de otra manera, por ejemplo, si alguien la toca de repente lo percibe de otra forma, no es agresiva, pero los problemas que tiene con sus pares, son provocados por los medicamentos que toma”.

Por parte del establecimiento, a través del comandante John Jessop, se indicó que “nosotros queremos seguir avanzando con los papás de la menor, ella ya lleva más de dos años con nosotros y queremos que termine con nosotros su jardín”, añadiendo que la decisión fue netamente técnica y tomada por la directora del jardín, la educadora y la terapeuta de la menor.

Si bien los antecedentes están a diposición de la Superintendencia de Educación, la pequeña de 5 años sigue asistiendo al establecimiento de manera normal.