El Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura descartó que el ataque de lobos marinos a los cisnes de cuello negro en el Santuario de la Naturaleza Carlos Anwandter ponga en riesgo la población de las aves protegidas, decidiendo suspender la captura y relocalización de los mamíferos.

En lo que va del año, un poco más de 300 cisnes de cuello negro han sido depredados en el santuario natural antes señalado, número similar al ocurrido en 2018, según el director regional del Sernapesca, Leonardo Llanos.

Después de foto identificar a lobos marinos internados en el agua dulce del espacio, con un denominado comportamiento errático al incorporar a su dieta a las aves protegidas, se efectuaron monitoreos con una embarcación e instalación de balsas.

Según Llanos, tres lobos de mar juveniles ingresaban al santuario -principalmente en la mañana- georreferenciándose los lugares de interacción.

Asimismo, tras conversar con expertos, dijo que potencialmente se trata de un comportamiento natural dentro de un ecosistema, en donde existe depredador y presa, por lo que se suspendió cualquier captura y relocalización de los mamíferos.

Incluso, la autoridad afirmó que la cantidad de cisnes en el santuario en ningún caso ha disminuido.

En primera instancia, el plan era trasladar a los lobos marinos al Parque Zoológico Buín Zoo, remitiéndose ahora la actuación de los servicios pertinentes al monitoreo y análisis de información.

Lo anterior, a través de una mesa de trabajo en la que se invirtieron recursos y se gestionó incluso la llegada de un experto de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos, o NOAA por su sigla en inglés, que recomendaba lo que ahora quedó suspendido.