Cajones de tomates, pintados y con letreros muy simples explicando la metodología de uso, fueron instalados en algunos paraderos de locomoción colectiva ubicados en varios sectores de Valdivia.

Se trata de “Biblioparaderos”, que funcionan como un estante para libros, donde quienes pasen por el lugar pueden sacar uno de los textos para leerlos, e incluso llevárselo.

El objetivo es que también se dejen otros libros, para continuar fomentando la lectura.

La profesora de lenguaje de la escuela Francia, Bárbara Rozas, dijo que la idea es acercar la literatura a la comunidad.

La profesora de educación básica de este mismo establecimiento, Yesenia Delgado, contó que los primeros libros fueron donados por la biblioteca de la Escuela Francia.

Según las docentes, hay paraderos donde está funcionando el truque, pero en otros no queda ningún libro.

La iniciativa ha sido valorada por la ciudadanía, tal como lo afirmaron Carmen Méndez, Rafael Carrillo y Silvia Tapia, habitantes de Valdivia.

Las creadoras de los “biblioparaderos” se mostraron sorprendidas por la buena recepción, incluso pensaban que las estructuras iban a ser destruidas al primer día.

Cristian Cerna | RBB
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