Luego que la empresa canadiense Algonquin incrementara en un 93,96% su propiedad en la Empresa de Servicios Sanitarios Los Lagos (Essal), desde el mundo político y social esperan inversiones que otorguen calidad y minimicen impactos sociales y ambientales.

Al respecto, la compañía que también mantiene operaciones en Estados Unidos, inició un proceso para identificar oportunidades y mejorar estándares y prácticas sanitarias en Los Ríos y Los Lagos.

Arun Banskota, presidente y CEO de Algonquin, dijo que la transacción implica la expansión de las operaciones de la compañía en Chile, donde destaca el enfoque que tendrá la sanitaria.

“Essal tiene una historia de suministro de agua limpia y segura a todos sus clientes, y ese enfoque en el cliente también es sumamente importante en la familia Liberty”, sostuvo.

Consultado al respecto, el intendente Harry Jürgensen, afirmó que “lo que esperamos en la región de Los Lagos del cambio de propiedad de Essal, (es que) signifique también un mejoramiento de los servicios a los ciudadanos”.

“Pero además un mejoramiento en todo lo que son los riesgos ambientales, porque hemos tenido, en la historia con Essal, varios eventos que han generado impactos negativos a los sistemas ecológicos”, añadió el jefe regional.

Por su parte, Luis Álvarez, presidente de la Asociación de Consumidores en Osorno, indicó que el vacío legal que dejó la Superintendencia permitió esta compra, cuestionando la falta de una nueva concesión.

Quienes dicen estar esperanzados son los tres sindicatos de trabajadores que componen la sanitaria, como indicó José Pacheco, representante de técnicos y profesionales de la compañía.

La compañía canadiense ya era dueña de un 53,5% de Essal, luego de adquirir de manera directa el porcentaje de Aguas Andinas el pasado 13 de octubre, inversión que significó un desembolso de US$ 92,3 millones.