Trabajadores de Essal lamentaron enterarse “por la prensa” de la venta de la empresa por parte de su controlador Aguas Andinas, reconociendo que existe incertidumbre en torno al futuro de los cerca de 400 funcionarios de la compañía.

En ese sentido, desde uno de los sindicatos de trabajadores de la sanitaria aseguran que no han logrado tener información propia desde la administración actual de la compañía, sin vislumbrar -dicen- una mediación respecto del paso al nuevo controlador.

Ante ello, José Pacheco, presidente del Sindicato de Técnicos y Profesionales de la empresa Essal, aseguró que en la interna muchos ya conocen de cambios que han existido a lo largo de la historia al interior de la empresa.

De ellos, el año 1990, cuando se paso desde el servicio público hacía la administración Corfo; en 1999 cuando se concluyó la privatización del 51% de la propiedad, mientras que el último de estos cambios ocurrió el 2008, cuando Essal pasó a manos de Aguas Andinas.

Eso sí, aseguró que éste nuevo proceso resulta de vital importancia, toda vez que no hay seguridad del destino del porcentaje restante de la dirección de la sanitaria que pertenece en un 40,46% al grupo económico Ibáñez y un 5% a la Corporación Nacional de Fomento.

Además, explicó que siempre hay incertidumbre en los trabajadores, ya que en cambios como estos -de gran envergadura- son los trabajadores quienes terminan con modificaciones laborales que pueden incluso ser perjudiciales.

Ante los hechos, y la falta de comunicación que aseguran no tienen con el actual controlador, señalan que están expectantes de la materialización del acuerdo, donde esperan acogerse al código del trabajo que les permite mantener sus derechos obtenidos en los acuerdos colectivos.