Los relojes estaban cerca de marcar las 6 de la tarde del 22 de abril del año 2015 cuando, el 100% de las miradas en cosa de segundos y en prácticamente toda la región se giraron hacia el mismo lugar. El volcán Calbuco entraba en etapa de erupción y 9 mil personas debieron ser evacuadas de sus viviendas.

Una columna de humo gris se levantó 15 kilómetros y algunos se percataron del hecho cuando un gran aro cubría prácticamente todo Puerto Montt.

En la calle, los problemas vehiculares comenzaban a sentirse, algunos optaron por locomoción colectiva que no avanzaba y otros veían que avenidas como Salvador Allende, quedaban con todas sus pistas habilitadas solo de subida, tal como recordaron auditores de Radio Bío Bío.

A otros, los sorprendió en el trabajo, a kilómetros de su casa, así lo relató un vecino que estaba en Bosquemar y tuvo que ir hasta Alerce para poder reunirse con su familia.

Un punto de aglomeración cuando ya la emergencia estaba declarada, fueron los supermercados, lugar al que muchos llegaron para abastecerse de agua.

Los servicentros colapsaron y en algunos incluso hubo peleas por un poco de combustible.

ARCHIVO | Nicolás Klean | Agencia UNO
ARCHIVO | Nicolás Klean | Agencia UNO

Uno de los primeros en entregar información de la magnitud de la situación, fue el director regional de la Onemi, Alejandro Vergés, el mismo que hoy ve como piedra de tope el hecho de perder la sensibilidad y creer que la emergencia no volverá a ocurrir. A su juicio, otro punto importantes es que las autoridades tengan presente que el desarrollo urbano debe ir de la mano con la construcción de vías de escape.

Ejemplo de eso son las comunidades de Ensenada, Lago Chapo, Río Blanco y Correntoso, grupos humanos que están organizados y preparados frente a una nueva erupción volcánica, según afirman desde la Oficina Nacional de Emergencias.

A 30 kilómetros al noreste de Puerto Montt se ubica el macizo que en los últimos 100 años ha mostrado su poderío en dos oportunidades. De acuerdo a datos de Sernageomin, el Calbuco está a 2000 metros sobre el nivel del mar y en el ranking de riesgo ocupa el tercer lugar nacional.

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