Tras el cierre de las fronteras, solo el transporte de carga y escasos particulares han cruzado por el paso Cardenal Antonio Samoré en Puyehue.

Por su parte, chilenos que deben utilizar territorio trasandino para llegar a sus domicilios en la zona sur austral piden afinar los protocolos, mientras que turistas relataron que fueron escoltados por policías argentinos para que salieran del país debido a la pandemia mundial por el virus.

La medida antes señalada, afecta a todo extranjero que pretenda entrar en el país ya sea por vía terrestre, aérea o marítima, exceptuando chilenos y foráneos residentes y sin involucrar al transporte de mercancías, esto con el objetivo de mantener el abastecimiento en el país, lo que se ve reflejado en el paso de máquinas que cumplen el tramo Chile-Argentina, especialmente con artículos de primera necesidad hacia Coyhaique o Punta Arenas.

Chilenos que recorrían territorio trasandino, regresaron empleando Cardenal Samoré, algunos de ellos anticipando la fecha de retorno, como el caso de Fabiola Ulloa , quien espera llegar a su domicilio en Chiloé.

Sin embargo, las quejas de algunos visitantes chilenos apuntaban a lo que consideran como una “psicosis” del otro lado de la cordillera, que incluso se traduce en un trato despectivo, como lo señaló Marcelo, integrante de una delegación de turistas.

“La policía nos detuvo y nos dijo que teníamos que irnos inmediatamente de Argentina, no podíamos parar en los miradores, no podíamos sacar fotos, no podíamos pasar al baño. Nada”, expresó.

Las situaciones de mayor complejidad respondieron a chilenos con domicilio en el extremo sur Austral, donde si bien existe autorización para su desplazamiento, deben certificar con documentación sobre el lugar de residencia, situación aplicable también por los pasajeros de buses, lo que el gobernador de Osorno, Mario Bello, confirmó que se debe revisar y establecer un protocolo definido.

Desde la Asociación de funcionarios de Aduanas su presidente, Juan Matamala, confirmó la puesta en marcha de una serie de medidas de protección y aguardan por chequeos médicos una vez roten en los turnos, a fin de mantener el resguardo sanitario.

Los dispensadores de alcohol gel y mascarillas se multiplicaron en Cardenal Samoré, mientras que los protocolos establecen que toda persona sintomática a la fiebre, tos y dificultad respiratoria asociados a coronavirus, deben pasar a una sala de aislamiento dispuesta para ello, en espera de su traslado al Hospital San José de Osorno.