Greenpeace y pescadores artesanales de Calbuco, en la región de Los Lagos, criticaron el impacto que tendrá el escape de 17 mil salmones. Emplazaron a Sernapesca a fiscalizar a las empresas acuícolas.

Siguen las repercusiones tras la rotura en una jaula de cultivo de la empresa Salmones Aysén, la que tenía cerca de 33 mil peces, de los cuales la mitad se habría fugado al mar.

Agrupaciones medio ambientales y pescadores artesanales de la zona cuestionaron el hecho, el que impactaría negativamente en el ecosistema, así como en las especies endémicas del sector.

Estefanía González, coordinadora de océanos de Greenpeace, expresó el hecho refleja el constante daño que hace la industria del salmón a los mares de la región.

Marcelo Soto, presidente de la Confederación Nacional, Confepach, comentó que los peces escapados afectarán a los recursos con los que trabajan.

Por su parte, Manfred Barría, representante del área de pesca Calbuco C, dijo que Sernapesca debería fiscalizar a las empresas acuícolas, así como lo hacen con los artesanales.

Salmones Aysén tiene la obligación de recapturar al menos el 10% de los peces fugados, para lo que trabajan con redes de cosecha, entre otras medidas.