El director de la Conaf en Osorno, Richard Hueitra, reconoció la necesidad de acercar posiciones entre las acciones del plan de descontaminación ambiental de Osorno y el sector agrícola a propósito de las densas columnas de humo que rodean la ciudad en medio de la quema de rastrojos.

Hueitra, indicó que el uso del fuego tanto para la eliminación de desechos de explotación forestal, como para la reutilización de suelo agrícola se rige por el decreto 276 que data de 1980, y que valida las quemas.

En este ámbito, el rol de la Conaf se circunscribe solo a recepcionar los “avisos” y aportar sugerencias de resguardo.

Sin embargo la preocupación de la comunidad apunta a la presencia de una intensa humareda, la volatilidad de material residual, y sobre todo la contrariedad que plantea la aplicación de un plan que apunta a revertir la contaminación ambiental por el humo desde las chimeneas y el uso del fuego en zonas aledañas.

Desde la Conaf reconocen que solo tienen atribuciones para “recomendar” respecto al uso del fuego.

Esa distancia mínima dispuesta para emplear el fuego contrasta con la realidad, dado que el crecimiento de la población sin la actualización de un plano regulador, ya que legalmente la distancia de donde está permitido realizar las quemas son muy cercanas a zonas urbana, lo cual genera un peligro para los vecinos que se ven a metros las llamas por quemas agrícolas.

Contrastar las posiciones entre productores agrícolas que esgrimen los elevados costos para cambiar el uso del fuego en la preparación de sus tierras para la siembra, con las acciones que apuntan a la descontaminación, aparece como una tarea pendiente en torno a quienes insistentemente llaman a la población a reducir los humos visibles.