La agrupación de Laicos de Osorno espera que la investigación abierta en torno a los nuevos antecedentes de abusos en la Iglesia Católica, y donde aparece involucrado el arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, permitan terminar los “grupos de poder”.

Así al menos lo planteó el vocero del movimiento en la zona, Mario Vargas, quien recordó la situación que enfrentaron cuando entregaron los antecedentes del entonces obispo de la diócesis de Osorno, Juan Barros Madrid, en torno a la inconveniencia de que se mantuviera en el cargo por la acusación que pesaba sobre su nombramient,o al ser sindicado como encubridor de los abusos del exsacerdote Fernando Karadima.

De hecho, Vargas dijo que desde hace años ya se notificó a las altas esferas de la Iglesia Católica la situación de repudió que se había instalado en Osorno, pero se encontraron con una muralla marcada por una verdadera cofradía.

“En 2015 los laicos y laicas de Osorno habían denunciado públicamente la situación de Ezzati y los grupos de poder donde se movía, y las cofradías que se armaban en Chile” añadió Vargas.

También agregó que el arzobispo de Santiago opera con “los mismos paradigmas de Sodano en el Vaticano y Errázuriz en Chile”.

El vocero del movimiento de laicos de Osorno dijo que aguardan acciones concretas que terminen con el ostracismo dentro de la Iglesia, que pese a las manchas que significan los casos de abusos, se empeñan en seguir blanqueando su imagen incluso por sobre las víctimas.