El 2018 revalidó varios problemas ambientales de importancia en la provincia de Osorno: los efectos de la extracción de ripio en los ríos, la contaminación de estos desde diversas fuentes, así como también el manejo de la basura.

Lo anterior son problemas reclamados por años por los vecinos del campo y la ciudad, develando la falta de regulación y gestión pública en la materia.

En primer lugar está la situación de los ríos. Al respecto, según Ricardo Becerra, presidente de la Red Ambiental Ciudadana de Osorno, algo se avanzó este año, recopilando actualmente la documentación necesaria para exigir que se concrete en la ciudad.

Esto en respuesta a la necesaria norma secundaria que reconoce que los ríos están contaminados.

Señaló además, en relación a las aguas servidas, al que se suma la descarga de residuos industriales -no necesariamente de forma legal-, que prontamente se pesquisarán los ductos no autorizados, con tal de denunciarlos.

La empresa ESSAL está autorizada para descargar aguas servidas al Rahue en determinadas ocasiones, sobretodo cuando llueve.

No obstante, la Superintendencia de Servicios Sanitarios los ha sancionado y recientemente se le solicitó desde la Red Ambiental Ciudadana que mejore sus procesos.

La ciudad, debido a que existe sólo una red por donde fluyen los líquidos, no se encuentra preparada para afrontar las precipitaciones, generando además afectación urbana.

Por ejemplo, en el sector Costanera de Francke o Pedro Montto, en Rahue 2, el excremento sale por las alcantarillas.

Es a ese problema donde apunta la sanitaria que ha demandando un plan maestro de aguas lluvias, petición que se replica en muchas otras comunas de la región, según explicaba a Radio Bío Bío el gerente de operaciones de ESSAL, Andrés Duarte.

Regulaciones

Pero hay otros problemas vinculados a los ríos. En junio de 2018 murió un joven profesional, tras derrumbarse el puente Cancura.

Varios años antes, los vecinos de la localidad habían advertido el riesgo, reconocido incluso desde vialidad, que apuntaba a la práctica histórica de la actividad.

Pero poco avance hay en la regulación, pues sólo el municipio de Osorno, tras insistir, se logró que aceptara el análisis de una futura ordenanza.

El próximo 8 de mayo de 2019 se reunirá una comisión técnica para ello en el Concejo Municipal, aún cuando el edil, Osvaldo Hernández, reparó en que se debe acompañar con un cambio en la ley.

Manejo de residuos

Respecto al manejo de residuos, actualmente el vertedero de Curaco está colapsando, resistiendo a duras penas la entrada en vigencia del relleno sanitario prometido para 2015, el que sigue esperando una definición sobre la continuidad de su construcción.

A esto se suma la presencia del polémico vertedero Industrial Ecoprial, el que recibe diversos tipos de desechos biológicos no sólo de Osorno, como serían los lodos de salmón del Seikongen, medida que fue finalmente descartada.

Esto mantiene un conflicto serio con los vecinos de Curaco, debido a los malos olores que genera su actividad, perceptibles a varios kilómetros al oriente. De hecho, fue sancionado por la Superintendencia de Servicio Sanitarios.

Los afectados reclaman que es olor a excremento el que respiran día a día, como lo señaló Rossana Martínez, una de las principales opositoras que incluso pide su salida del lugar.

Se suma a ello, el tránsito de los camiones que transportan la basura, pues atraviesan toda la ciudad dejando mal olor e incluso líquidos percolados en la calle.

¿Se podría considerar Curaco o los ríos las zonas de sacrificio para la actividad industrial y sus descargas? En efecto, estos hechos hacen preguntarse que Osorno es concebido como una ciudad donde todo puede desecharse, no importando de dónde venga ni a quién afecte.