Chile es conocido a nivel mundial por tener un extenso territorio. Dada su geografía, son diversos los obstáculos y realidades que deben enfrentar sus habitantes. Mientras en las grandes ciudades los tacos y la congestión vehicular son una tónica constante, en otros sectores del país hay compatriotas que viven completamente aislados.
Una de ellos es Marta Oyarzún, quien tiene 64 años y vive sola en medio de un bosque en la región de Los Lagos, donde solamente una compañía telefónica tiene señal.
Un río la recluye en su hogar, debido a que es complejo cruzarlo. Una de las opciones es usar una improvisada balsa de plumavit que con la ayuda de una cuerda le ayuda a cruzar de lado a lado. Su otra opción es caminar sobre unas tablas que están superpuestas sobre el cauce, sin nada de lo que sujetarse en caso de resbalar.
“Hace un mes caí al agua. Me rescaté con una varita y perdí una bota”, relató la mujer.
Pero esto no es lo más terrible que ha sufrido. Su esposo y su cuñado murieron ahogados cuando el bote en el que se transportaban se volcó.
Después de este hecho, les habrían prometido construir una pasarela, sin embargo, esto no se concretó.
Hace tres años volvió a vivir al campo que perteneció a su hermano. Al estar sola, hace un año su hijo decidió volver a vivir con ella.
Era él quien realizaba los trabajos más pesados, como transportar el alimento de los animales. Lamentablemente, un día se tropezó y cayó al cauce, falleciendo en el lugar.
En total son 5 los familiares de Marta que han muerto en el río.
Debe ir hasta el pueblo de Correntoso para abastecerse. Y al volver, hay ocasiones en que le es imposible cruzar el río con sus víveres, por lo que debe dejarlos tapados con un nylon para protegerlos de la lluvia. La última vez pasaron 15 días hasta que pudo ir a recoger sus compras.
“Aquí no llega nadie. Cuando mi hermano vivía aquí, yo trabajaba en una empresa. Un día lo vine a visitar y lo encontré fallecido en la casa. Ahí llegaron las autoridades”, declaró la mujer.
Su vecino más cercano está a 40 minutos a pie, más el cruce del río. Cuando debe pasar en su improvisada barcaza, vigilan que lo logre con éxito, pero cuando se enferma, no tiene quien la cuide.
“Hace un año y medio me agarré un virus. Mi hijo me cuidó pero no me mejoraba. Me dijo que tenía que ir al hospital. Tengo a una hija en Alerce y ella me vino a buscar. Estuve internada con suero. 15 días abajo”, comentó Marta Oyarzún, quien vive con una pensión de 100 mil pesos.
Mauricio González, presidente de la Junta de Vecinos de Laguna Sargazo, comentó que en abril solicitaron una audiencia con el alcalde de la comuna. Sin embargo no se logró y los derivaron hasta el Departamento de Operaciones, donde les respondieron que construir una pasarela significaba hacer un estudio.
“Nosotros pedimos celeridad en el proceso. Hay una persona que está aislada”, declaró González, agregando que unos kilómetros más abajo se licitó un puente y que de llegarse a concretar, espera que se realice un camino que conecte con la vivienda de la señora Marta.
