Un año más deberán esperar los vecinos de Queilen, en Chiloé, para que contar con un nuevo sistema de agua potable. La emergencia sanitaria que enfrentan por los altos niveles de sodio, los mantiene recibiendo agua en estanques.

La complicada situación se arrastra desde 2016, y normalizar el servicio les significa a las familias esperar casi otro año más para volver a beber agua desde las llaves de sus casas.

Por tratarse de un sistema autónomo y administrado por un comité de vecinos, la solución más viable es buscar otra captación y mejorar las actuales instalaciones.

Marcela Torres, integrante del Consejo Comunal de Salud, relató que el nivel de salinidad superó con creces la norma y que deberán seguir accediendo al agua a través estanques que están en la calle.

Andrés Muñoz, manifestó que el ministerio de Salud prohibió sólo el consumo y existen familias que utilizan el agua para ducharse y NO tienen claridad sobre posibles efectos adversos.

En la actualidad son cerca de 3 mil 500 personas las que deberán seguir acarreando agua desde los estanques, ubicados en la vía pública, hasta sus hogares.