La Justicia ordenó a Gendarmería evaluar el estado de salud de Manuel Liberona, el empresario hotelero que estuvo prófugo un año tras ser condenado por obtención de comercio sexual infantil y violación.

Tras la extradición negociada del empresario hotelero perteneciente a una red que se aprovechaba de niñas que pasaban sus noches en la calle, quedó al descubierto que éste padecería una complicación cardíaca.

El antecedente no fue corroborado en tribunales pese a que Liberona sugirió ser encerrado en el módulo 91 de la cárcel Alto Bonito, destinada a enfermos y tercera edad, lo que fue negado por el magistrado, quien instruyó que gendarmería verifique su estado de salud.

Mauricio Maya, director regional del Instituto Nacional de Derechos humanos, explicó que al Estado le corresponde garantizar el derecho a la salud de Liberona.

El fiscal jefe de Puerto Montt, Marcelo Sambucetti, manifestó que la defensa del empresario debe proponer la reclusión en un lugar donde el hombre se pueda mantener bien.

Cuando alguien está en un centro penitenciario es el estado quien lo custodia y sólo pierde, estando preso, la libertad de movimiento. Liberona, tras su ingreso al penal de Puerto Montt, debería abandonar la cárcel al término de su condena en 6 años.