Este lunes se volvió a decretar una emergencia ambiental el Osorno, región de Los lagos producto de la mala calidad del aire en la zona. Se trata de la número 19 del año, llegando a 34 de episodios críticos durante este 2018.

No es más que la ratificación de la realidad que vive la ciudad desde por lo menos abril, con la presencia de smog, alta humedad, escasas lluvias y mucho frío.

Condiciones perfectas para que el consumo de leña se revalide en cada hogar a la hora de calefaccionarse, sin necesariamente alcanzar los niveles de secado que impidan que no se vuelva peligroso tal uso.

Los datos conocidos hablan de que la ciudad de Osorno tiene una capacidad de secado que se aproxima a los 20 mil metros cúbicos de madera, siendo sólo el 4,5%, por lo que a primera vista surge la necesidad de establecer prioridades en el financiamiento de proyectos afines, dentro un contexto mayor que significa regularizar un mercado que siempre ha existido de manera informal.

Desde el 2014 el Ministerio de Energía impulsa el programa “Más Leña Seca”, y en septiembre se dará a conocer los proyectos que recibirán financiamiento.

De acuerdo al seremi del ramo en la región, Tomás Bollinger, varias son las iniciativas favorecidas en la región y la zona.

También existen críticas al programa, pero más aún a que sea prácticamente la única opción existente de financiamiento en la zona, pese a lo profundo de la situación en Osorno, que lidera por lejos la cantidad de episodios críticos en Chile.

Miguel Márquez, director de Energía Inteligente, entidad que posee el único secador de leña que utiliza luz solar y que da trazabilidad a la producción que vende, enfatizó en que actualmente no existen instrumentos reales para apoyar iniciativas que apunten al secado, pero sobre todo que innoven e incluyan tecnología en tal tarea.

Pero más allá, para Márquez el tema no sólo tiene que ver con la leña, sino con toda la biomasa que se utiliza para generar combustible o para necesidades que diversos rubros.

El director de Energía Inteligente enfatizó en que dada la magnitud del problema que tiene Osorno – que podría mostrar tendencia en las demás ciudades- mientras no se establezcan nuevas estrategias o soluciones tecnológicas al respecto, no se podrán superar los altos niveles de contaminación de la ciudad.