Lejos de cumplirse están las expectativas sembradas en 2010 por el consorcio lechero. Por ese año, se planteó como desafío llegar a los 4 mil millones de litros por año en 2020.

Sin embargo, no se ha pasado de los 2.530 millones. Para la Federación Gremial Nacional de Productores de Leche (Fedeleche) la explicación es una para tal estancamiento: el bajo precio pagado a los productores.

En 2017, Chile registró 2.524 millones de litro, según datos de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa), quedando largo trecho para los 4 mil millones propuestos, y confirmando un estancamiento sostenido del mercado en diez años.

Las causas, de acuerdo a especialistas, en la caída del commodity a nivel mundial, ante un aumento de la oferta de leche, sobro todo en Europa. También se suma a ello la sequía, que afectaría la producción misma en los campos.

Una visión proveniente desde la industria, pero que tiene una contraparte desde el mundo productor. Según Rodrigo Lavín, presidente de Fedeleche, tanto factores económicos o climáticos pueden ser asumidos, pese a que se entienda que afectan. El conflicto real está en el precio que se paga por litro de leche, no en la sequía o el mercado internacional.

Hace algunos meses se oficializó una baja de $16, algo que para los productores demuestra que no existe una cadena láctea compacta, que pueda trabajar en conjunto para conseguir las proyecciones nacionales.

Lavín advirtió que si existiera un trabajo conjunto, las proyecciones no estarían en 4 mil millones de litros de leche producidos al año, sino en 100 mil millones.