Los grupos laicos de Osorno, quienes desde el nombramiento de Juan Barros han abogado por su renuncia, lo emplazaron a -y tras la defensa del papa Francisco- que si está seguro que las acusaciones en su contra sólo son calumnias, que se querelle.

Fue el mismo papa Francisco quien dejó la puerta abierta a este emplazamiento, tras asegurar, en diálogo exclusivo con Radio Bío Bío, que las acusaciones que pesan sobre Juan Barros sólo son calumnias. A su vez, dijo que sólo cuando hayan pruebas concretas, hablará.

Algo que descolocó a la comunidad osornina, ya que recordemos, uno de los primeros pronunciamientos realizados por el líder católico en Chile fue pedir perdón por todos los casos de abusos contra menores practicados por sacerdotes, entre ellos, Fernando Karadima.

Juan Carlos Claret, uno de los voceros del Movimiento de Laicos de Osorno, criticó lo dichos del papa. Aseguró que no puede pedir pruebas, porque no está legitimado para ser juez en tal caso después de tratar a toda la comunidad de “tontos y zurdos”.

Además hizo ver que si se piensa que las acusaciones de encubrimiento de abusos sexuales que pesan sobre Barros son sólo calumnias, perfectamente el obispo podría presentar una querella. Pero a su juicio, si no lo hace, es porque “tiene miedo que las acusaciones se comprueben ante la justicia”.

Durante este jueves hicieron su arribo a Osorno un grupo de Laicos Organizados que lideraron las protestas en Santiago y Temuco.

Mario Vargas, líder del movimiento local, criticó las acciones que Bergoglio realizó en Chile, con las que blindó -a su juicio- a Barros y lo legitimó como obispo, pese a la crisis evidente que existe.

De todos modos, sostuvo que la permanencia de Barros en Osorno depende de él, no del Papa.

Celebró el efecto del movimiento a nivel nacional e internacional, pues lograron que el tema central de la visita papal fuera precisamente el de los abusos sexuales al interior de la iglesia.

Sostuvo que el Papa debe llevarse una reflexión sobre lo acontecido en Chile, más aún de la jerarquía eclesiástica chilena, que a su juicio no está con el pueblo católico.

Desde el movimiento de Laicos de Osorno se aseguró que seguirán en el camino comenzado antes de la designación de Juan Barros como obispo aquel 21 de marzo de 2015, con manifestaciones y otro tipo de actividades solicitando su renuncia.