Durante la visita del papa Francisco a Chile, la figura del obispo Juan Barros, quien ha sido cuestionado por su cercanía con Fernando Karadima, ha generado gran polémica por su participación en las misas que han sido oficiadas en Santiago, Temuco e Iquique.

Los abusos sexuales a menores al interior de la Iglesia Católica han causado revuelo, tanto en el país como a nivel mundial. Por ello, el mismo Papa pidió perdón a las víctimas en su visita a La Moneda.

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Sin embargo, los dichos del Papa no han callado las voces que reclaman por justicia. En especial, al evidenciarse la presencia del obispo Barros a las actividades del líder religioso. Es más, esta situación ha revivido la polémica que se ha intentado mantener en silencio.

Al respecto, el mismo obispo se defendió asegurando: “Se han dicho muchas mentiras respecto de lo mio (…) La verdad es lo importante. Y la verdad es lo que tiene que primar”.

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Asimismo, este jueves el Papa se refirió por primera vez a los cuestionamientos, señalando que “El día que me traigan una prueba voy a hablar”.

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El romano pontífice agregó que “no hay una sola prueba en contra, todo es calumnia”.

¿Quién es el obispo Barros?

En 2015, Juan Barros Madrid fue nombrado como obispo de la ciudad de Osorno, región de Los Lagos.

En ese mismo momento, surgió la gran oposición hacia él tras ser señalado como encubridor de los abusos sexuales realizados en la década de los 80 y los 90.

De hecho, cuando el obispo ofició su primera misa, un grupo de laicos de la ciudad lo esperaron vestidos de negro y con pancartas en el frontis de la catedral.

Las acusaciones de encubrimiento que se le realizan al obispo Barros han sido negadas enfáticamente por el religioso. Dichos que se contradice con las declaraciones que han realizado las víctimas de Karadima, quienes lo señalan como un testigo clave de los abusos.

“Juan Barros estaba parado ahí, mirando, cuando me abusaban a mí. No me lo contaron, me pasó”, indicó Juan Carlos Cruz a la BBC, uno de los denunciantes del caso Karadima.

También se le acusa que, en su rol como secretario del cardenal Juan Francisco Fresno, recibió las primeras denuncias contra Karadima, pero Barros “hacía que no existían, las negaba y simplemente las rompía”.

El silencio

La indiferencia de la Iglesia Católica frente a actos de abuso a menores ha generado gran indignación por parte de la agrupación de laicos en Osorno.

Juan Carlos Claret, integrante de la agrupación de laicos en la ciudad, fue quien dirigió una carta que nació después de varios intentos fracasados por evidenciar los problema que acontecen en la comuna, tras la llegada del arribo del obispo Juan Barros.

En el documento solicita al Papa Francisco que pida perdón al conjunto de feligreses luego de que los tildara de “tontos” por pedir la salida de Barros y acusar a la Iglesia Católica de encubrir abusos sexuales.

En este ámbito, Claret mencionó que la Iglesia Católica les quiere “meter el dedo en la boca”, ya que cuando necesita beneficios económicos el laicado aparece, mientras que cuando se realizan denuncias en contra de la jerarquía eclesiástica por hechos que empañan la moral, no responden.