Se presentó una investigación sobre una bacteria asiática causante del “tifus de los matorrales” en Ancud.

Desde Santiago viajó la doctora Katia Abarca, acompañada de colaboradores, quienes desarrollaron las pesquisas locales en 2006, cuando se detectó el primer caso sospechoso en Chiloé.

El registro fue considerado muy extraño, puesto que se trata de una bacteria endémica del Sudeste Asiático. Fuera de éste, solo en Dubai y Chiloé se halló su presencia.

El caso clínico de una mujer de 37 años que consultó en el Hospital San Carlos por un cuadro de fiebre, escalofríos y cefalea, entre otros síntomas, dio paso a la investigación. La profesional indicó que es una patología asociada al mundo rural, transmitida por un pequeño insecto que vive en el pelaje de los ratones de campo.

Allen Richards, uno de los especialistas a nivel mundial y profesor, perteneciente al Centro Naval de Investigación Médica de Estados Unidos, confirmó que los casos pesquisados en Chiloé son los primeros en el continente americano.

Los 12 pacientes confirmados en Chiloé han evolucionado muy bien tras haber sido diagnosticados a tiempo y al recibido un antibiótico específico.

La época de contagio es en verano, donde se usa menos ropa y la piel está más descubierta, por ende, más expuesta a picaduras si se hace faenas relacionadas a leña o de limpieza de arbustos.