En el más absoluto abandono se encuentra el río Rahue de Osorno, pese a todos los discursos de recuperar sus aguas y cauce, atacado por la extracción de ripio -sobre todo ilegal- y el vertimiento de químicos, ante una paupérrima fiscalización de los organismos públicos vinculados.

Tal conclusión quedo de manifiesto durante la reciente sesión del Concejo Municipal, donde expusieron representantes de la Dirección de Vialidad y de Obra Hidráulicas, ambas dependientes del Ministerio de Obras Públicas.

Desde Vialidad, el director regional Jorge Loncomilla, confirmó que tras estudios de socavación efectuados por expertos, se ratificó que ha sido la extracción histórica de ripio la causa directa de la afectación del puente Cancura que cruza el cauce en el kilómetro 21, algo que vecinos de Cancura siempre reclamaron.

En tal ponencia se informó sobre la baja del lecho que cubre y da firmeza a los pilotes del viaducto, por lo cual se determinaron medidas preventivas para vehículos por sobre las 45 toneladas, habilitándose un camino alternativo.

Desde dirección de Obras Hidráulicas se expuso la modificación que el cauce ha tenido en los últimos años, aún cuando se dejó en claro que las faenas de extracción de ripio efectuadas por la empresa Dowling y Schilling no tendrían relación con la baja en el lecho del río y la actual inestabilidad de los pilares del puente.

Pese a eso, se determinó cesar temporalmente los permisos para sus faenas, reconociéndose que se trata más que nada de una señal hacia Vialidad, pues la empresa cumple con todas las disposiciones legales y cuenta con un plan visado por Obras Hidráulicas.

Una decisión que fue lamentada por el gerente de la compañía, Rafael Dowling, aún cuando saca buenas cuentas del informe de los organismos especializados, esperando que la paralización sea de corta duración, porque asegura que no infringen la ley.

De hecho hizo ver que existen extracciones ilegales reconocidas e incluso denunciadas en tribunales de justicia.

Por ello es que la falta de fiscalización es quizá el principal problema, púes actualmente sólo Dowling y Schilling cuenta con permisos de extracción, habiendo otras al margen de la ley y que son reconocidas por la propia Dirección de Obras Hidráulicas, pese a lo cual mucho no se hace.

Desde el municipio de Osorno y el de Puerto Octay tampoco hay acción, existiendo un “pimponeo” constante con Obras Hidráulicas respecto al tema, lo cual quedó de manifiesto en la sesión de Concejo Municipal y que fue fustigado por el edil Osvaldo Hernández.

Desde la dirección de Obras Hidráulicas se recomendaron una serie de medidas para mejorar la fiscalización desde los municipios, principalmente referidas a la contratación de profesionales dedicados a aplicar mediciones topográficas, pues hasta el momento prácticamente no hay nada.

Frente al tema, el alcalde Jaime Bertín reconoció responsabilidad en la falta de fiscalización y comprometió el análisis de medidas para subsanar la omisión.

Sin embargo, hizo ver que existen otras entidades directamente involucradas, como Bienes Nacionales o el Ministerio de Obras públicas, pues hasta el momento no siquiera se tiene claridad respecto a la propiedad privada y la pública en los ríos.

Desde la Dirección de Vialidad, Jorge Loncomilla, explicó que además de las medidas preventivas en el paso de camiones y la paralización de faenas de Dowling y Schilling, se espera que durante este año se ejecuten trabajos de construcción de un guarda radier, que permita la acumulación de sedimento en la base del puente Cancura, con tal recuperar su firmeza y evitar peligros.

Pero más allá de ello la situación de Cancura demuestra el abandono del río Rahue, y de otros de la zona, pues se suman tres realidades: nula fiscalización y control de la extracción de ripio; nulo monitoreo de la contaminación de las aguas dulces, y escasa claridad respecto a lo que es público y privado en los cauces.