La ONG Greenpeace quiso solidarizarse con las comunidades afectadas por el sismo de 7,6 grados en las regiones de Aysén y Los Lagos. Este fenómeno se suma a las numerosas crisis ambientales que vivió la zona como fue la muerte masiva de salmones o una marea roja de algas hace algunos meses.

La organización considera necesario que las empresas salmoneras de Chiloé den a conocer sus protocolos ante catástrofes ambientales tras el agitado año que vivió la zona en este sentido.

La coordinadora de campaña del colectivo en Chile, Estefanía González, enfatizó que exigen conocerlos en caso de, por ejemplo, “un tsunami, dado que no son claros los riesgos e impactos de este sistema masivo de cultivo de salmones”.

Según Greenpeace, la Declaración de Impacto Ambiental a través de la que se evalúan las empresas “es absolutamente insuficiente, como lo fue en la crisis por la floración de algas”, explican.

El documento “no otorga ninguna certeza sobre los riesgos ambientales que encierra este modelo de producción de cultivo de salmón, sobre todo teniendo en cuenta su ubicación en zonas de alto valor cultural”.

Los ambientalistas quieren conocer los procedimientos de las empresas en caso de emergencia ya que temen que se produzcan “escapes de peces desde las jaulas o que las mismas se desplacen ante un tsunami” causando “una nueva crisis en Chiloé”.